Continuamos nuestra ruta viendo los diferentes tipos de tapones, desde los sintéticos hasta el de corcho, pasando por el tapón-respirador.
Si leíste el artículo de decataencata.com, EL GUARDIÁN DE LA CALIDAD DEL VINO EL TAPÓN I, con el actual, complementas tu sapiencia sobre el cierre de las botellas de vino.
El tapón sintético
Bien sea compacto, con corcho aglomerado o completamente plástico. El tapón sintético presenta grandes ventajas que lo hace una elección válida, dado que el TCA no puede anidar en él, impidiendo el sabor a corcho del vino. Además al ser elástico asegura un cierre hermético de la botella, evitando su oxidación.
A este respecto, cabe decir que al ser la oxidación casi de nivel cero no son tapones idóneos para los vinos de guarda, que prefieren los de corcho ya que la ligera oxidación permite la aparición de los aromas terciarios posibilitando la evolución de la estructura tánica del vino.
Los tapones sintéticos están más indicados para el cierre de botellas de vino que se van a consumir en dos años, tras su embotellado.
El tapón llamado en Francia capsule à vis
Utilizado en los países vitícolas del Nuevo Mundo como Australia y Argentina, basados en los golletes de las botellas de vino francesas.
Al igual que con los tapones sintéticos, estos tapones imposibilitan que el vino adquiera el sabor a corcho. Algunos de estos tapones de alta calidad permiten modular el intercambio gaseoso entre el vino y el exterior, facilitando el envejecimiento de los buenos caldos. Este tipo de tapones se reservan para el cierre de las botellas de vino de alta gama. Si bien el bloqueo cultural europeo es meridiano. No es fácil distinguir a simple vista, la calidad de una buena cápsula que facilita el intercambio de gas desde el interior de la botella al exterior de la misma.
Más allá de la bondad del tapón, debemos asegurarnos siempre de la calidad del vino que contiene la botella… Nuestro dicho popular, que mi padre me recordaba de vez en cuando, “las tapas de un libro no aseguran la calidad de su contenido”.