En la comarca vizcaína Gran Bilbao se halla una bodega familiar acogida a la D.O. Bizkaiko Txakolina, del Txorierri Bizkaino.
La familia lleva ya más de 120 años elaborando txakoli. Andoni Aretxabaleta forma parte de la quinta generación vinatera, ingeniero agrícola graduado en Enología en la Universidad de La Rioja, es el que conduce la explotación tras una infancia rodeado de manzanos, frutales y viñedos.
La bodega Megalarte Lezama vio la luz hace 20 años, siendo Andoni el impulsor de la denominación de la Asociación de Txakolineros de Bizkaia Bialtxa recuperando el vino y la creación de la D.O. Bizkaiko Txakolina allá por el año 1994.
Con su padre Iñaki forman parte del comité de cata del txakoli de Bizkaia que velan por la calidad de los vinos amparados por la D.O.
La variedad hondarrabi zuri, la hondarrabi zuri zerratia y la Riesling son las que trabajan, así como el petit manseng y el gros manseng (folle blanche), estudiando en la actualidad plantar cabernet franc.
Son 11 las hectáreas de viñedo con las que cuentan, ubicadas en el seno del valle de Txorierri en Lezama, en un clima mesotérmico, atlántico, moderado y lluvioso.
Producen entre 80.000 y 90.000 botellas anuales, con cinco referencias en el mercado, exportando el 5 % de su producción (Japón y Corea del Sur). Van a incorporar también su oferta enoturística y unas 1,8 hectáreas de viñedo experimental con conducción ecológica.
Hoy, desde decataencata.com, os presentamos su ¡eup! barrikan (fermentado en barrica), un blanco que su padre Iñaki empezó a cultivar en el 2008 con el nombre de Magalarte Barrikan. ¡eup!, es un saludo amigable del lugar que se da solo al conocido. El vino se elabora con uvas hondarribi zuri con un toque de petit manseng de un viñedo plantado hace casi 30 años en laderas orientadas al sur, con suelos franco-arcillosos con margas y manantiales naturales merced a la retención del agua, con una producción integrada que favorece la viticultura sostenible y con la máxima calidad. La vendimia manual, con una maceración de unas 10 horas, aplican críomaceración pre fermentativa con nieve carbónica a muy baja temperatura con el objeto de llevar a cabo una intensa extracción aromática. El prensado tiene lugar en atmósfera inertizada en nitrógeno, con baja oxidación. La fermentación alcohólica del mosto tiene lugar en bocoy nuevo de roble francés de 500 litros de capacidad, de grano fino y tostado medio, permaneciendo durante 6 meses. El removido de las lías tiene lugar durante medio año.
La añada del 2022, (con una pluviometría de 850 litros/m2 – la media usual es de 1.200 litros-), la vendimia se adelantó al 6 de septiembre, con premura, puesto que la maduración fue muy rápida.
Uña añada que viste de amarillo pajizo con reflejos dorados, brillante, transparente, con fruta madura (calidez estival) y una marcada acidez (7,5 g/l, de acidez total en tartárico) y 13 % vol.
Notas de cata: fruta de hueso (melocotón, nectarina), manzana y alguna nota balsámica. Mineralidad que junto a la acidez otorga frescura. Buena integración de la madera y potencial de guarda. Cierta untuosidad se aprecia amplio y sabroso. Temperatura de servicio: 12 º C. Maridaje: carnes, pescados grasos (rodaballo a la plancha o a la gallega), sushi y comida asiática, queso Idiazabal sin ahumar o Comté. Precio: 15 €.
Visitas: a unos 15 minutos del aeropuerto de Sondica.
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