Estilo de Vida Vino

 ¿REALMENTE EL VINO BLANCO NOS MANTIENE DESPIERTOS?  

 

Si el vino tinto nos da sueño pudiendo limitar la vigilia navideña, el vino blanco podría ser el responsable de un insomnio nada agradable. Pero, ¿está científicamente probado? Veamos

 Cuando cruzamos el límite de los 30 años, o incluso la barrera de los 40, es habitual escuchar de boca de los que nos rodean, que el vino blanco nos altera el sueño, con despertares nocturnos, calambres inexplicables y esas terribles noches de insomnio, si cabe más intensas que las de la adolescencia.

Si bien se comenta que el vino tinto tiene muchos “beneficios”, en especial por su alto contenido en antioxidantes, lo es más por su capacidad en ayudar a conciliar el sueño, promoviendo la relajación. Pero hay que dejar claro que tras ese primer efecto sedante, perturba el sueño REM, despertándonos más cansados y con dolor de cabeza.

No existe evidencia científica para decir que el vino blanco nos mantiene despiertos.

Llegados a este punto, hay que hablar de las cantidades de vino ingeridas, que seguramente aumentarán la diuresis y la provocación de apneas o de hipopneas, trastornos ventilatorios que condicionan la calidad del sueño. A la pregunta sobre la mayor nocividad del vino blanco respecto del vino tinto, hay que decir claro y alto que no existe evidencia científica que lo demuestre.

Más bien pudiera ser una cuestión de ritmo: si se bebe como aperitivo, en ayunas y, más rápidamente que durante la comida, por ejemplo, un Riesling acompañado de unas aceitunas tenderá a ser más “agresivo” que si se toma en pequeños tragos (grolos como decimos por aquí) para facilitar el tránsito de un excelente cordero lechal al horno con patatas panaderas.

Además, por la vertiente de su contenido en azúcar, es en donde debemos buscar la causa y motivo de ese insomnio culpable, el aporte calórico del azúcar del vino causará un pico energético temporal antes de acostarse, que interrumpirá la liberación de melatonina (la hormona del sueño).

De ahí que elijamos mejor los blancos secos para tomarlos a primera hora de la tarde y, como precaución, no escatimar en canapés o en las pulguitas* que sirvamos.

*Una ‘pulguita’ es una barra de pan pequeña -suele medir unos 10 cm- que se consume rellena, tanto de ingredientes dulces como de otros salados.

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La fotografía

LIONEL BUENAVENTURA/AFP

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