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MINDFUL DRINKING

Desde hace 5 años centenares de personas se reúnen al alba en ciudades como Londres y Nueva York, congregadas y llamadas desde las redes sociales para practicar yoga antes del trabajo, comer y beber zumos de fruta y escuchar música auténtico cóctel vital en el lugar donde hay que estar (the place to be) si se quiere estar al día en las tendencias sociales.

Desde el 2013 las pioneras en este movimiento (Morning Gloryville o Daybreaker) movilizan multitudes que buscan la activación de su vida de otra manera, bailando, desconectar antes de trabajar de forma sana y vital, con plena conciencia (mindfulness) del vivir (mindful drinking).

La diversión sin alcohol y la organización de eventos culturales con sobriedad es lo que prima motivando el cambio pleno de los hábitos de consumo de alcohol (Laura Willoughby, experta en comunicación y trabajo social en Londres, 2015), fundadora del club Soda, con más de 15.000 personas, pubs, bares, restaurantes y marcas de bebidas, desarrolla programas de ayuda para el cambio de hábitos de consumo de alcohol con el objeto de crear un mundo en donde nadie se sienta fuera de lugar por no estar bebiendo alcohol pese a lo mal visto por parte del grupo (María Franco, directora de la Fundación LoQueDeVerdadImporta, institución social que incentiva el cero alcohol en el ocio a través de su actividad congresual y conferenciante.

El Mindful Drinking Movement, macrofestival (con unos 13.000 asistentes) realizado en 2017 y generado por los responsables del Club Soda consolidó la tendencia. Es decir, como tomar decisiones conscientes sobre lo que se bebe y en qué cantidad y saber también cuándo parar (Rosamund Dean, autora del libro Mindful Drinking: How Cutting Down Can Change Your Life (Beber conscientemente: como reducir el consumo de alcohol puede cambiar tu vida).

Cambiar la mentalidad social y entender que la persona a la que no le apetece alterar su estado mental con sustancias tóxicas no es sinónimo de alguien aburrido, sino de alguien que disfruta mucho más de la vida, el presente, con mayor vitalidad y libre de hábitos sociales que afectan su salud.

El alcohol centrismo social liga el paisaje emocional y social al alcohol dificultando enormemente el cambio de los hábitos. Esta integración social “normaliza” el hábito sin pensar.

La eclosión de las bebidas sin alcohol

En Reino Unido este movimiento se ha trocado en algo más que una tendencia. El mindful drinking forma parte de un cambio social y cultural para evitar el consumo excesivo de alcohol. Las generaciones más jóvenes beben mucho menos que antes, se abren más bares y restaurantes que no sirven alcohol.

La oferta comercial de bebidas alternativas al alcohol como el kombucha, las bebidas de hierbas, las cervezas sin alcohol, las tónicas botánicas, el mosto, los “vinos” de frutas sin alcohol, soda e incluso los “licores” destilados sin alcohol como el “Seedlip” con los que hacer combinados.

Este movimiento todavía no ha calado en España (María Franco). La elocuencia de las cifras del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad basta para valorar el estado actual de la cuestión: el 75,1% de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en algún momento; seis de cada 10 adolescentes se han embriagado alguna vez en su vida, y uno de cada tres lo ha hecho en los últimos 30 días.

La Encuesta Europea de Salud en España 2014 revela que un 23,3% de los hombres y un 7,2% e las mujeres afirman beber alcohol diariamente. Y un 7,1% de los varones entre 25 y 34 años, y un 3,8% de las mujeres de la misma edad confiesan ser bebedores intensivos (consumen más de 50 gramos de alcohol puro en unas 4 a 6 horas, es decir el equivalente a 5 cañas al menos tres días a la semana.

La utilización del alcohol al igual que otras sustancias, para perder la vergüenza y conseguir superpoderes (desinhibición) es una realidad cotidiana y dolorosa, por eso se impone una información consecuente en cuanto a los accidentes de tráfico, relaciones sexuales no consentidas, dependencia, violencia entre otras, como consecuencia del abuso de aquel e incentivar otros modos de relación y de reforzar la personalidad de forma asertiva, sabiendo decir no sin extrañeza alguna.

Pragmatismo sajón: no al extremismo ni al radicalismo

El Mindful Drinking Movement es inclusivo incluso para los que quieren aprender a beber con moderación o a practicar períodos puntuales de abstinencia como el Dry January (enero seco), un ayuno total de alcohol durante el primer mes del año, a modo de “depurativo” navideño.

Para las generaciones que emergieron en una sociedad en la que el alcohol era el mediador relacional y anti estrés, e independientemente de la meta de cada cual, el cambio mental y la práctica de hábitos saludables son su salida natural posible.

El desconocimiento de las posibilidades de los propios recursos naturales del ser humano, el placer del autocontrol, la gestión de sus endorfinas, potencian la capacidad de divertirse, el éxito social y el ser feliz. Oui, il est possible. “Las mujeres que entraron en la edad adulta en los 90, o las que fueron seguidoras de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, o de Bridget Jones, vieron como el alcohol era habitual en la vida de una mujer como la de aquellas.

Las generaciones actuales con iconos abstemios muestran que el cambio es perfectamente posible.

La industria de transformación vínica debiera recoger estas tendencias como una excelente oportunidad de mercado y adaptar sus procesos productivos y comercializadores hacia el consumo sostenible y saludable de mostos, “vinos” de frutas, “licores” sin alcohol y las bebidas de frutas en general.

¿Cómo bebemos en España?

La media de edad de inicio en el consumo de bebidas alcohólicas se sitúa ya en los 16,6 años siendo el perfil del bebedor el de un varón de entre 25 y 54 años.

Según EDADES (Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España, que cada dos años elabora la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Los datos se corresponden con la encuesta del 2015 sobre más de 22.000 personas (de reciente publicación).

Menor consumo diario

El 93,5% de los españoles entre 15 y 64 años afirman haber probado el alcohol, aunque sólo el 9,3% lo beben a diario. Un porcentaje es disminución progresiva en los últimos 10 años, cuando casi el 5% lo hacía.

También se constata un descenso general en las cifras de consumo, pero la tendencia sigue siendo ascendente. El descenso en las prevalencias proviene en esencia de los estudiantes de menor edad (14 y 15 años) coincidiendo con un incremento en el porcentaje de alumnos que advierte un riesgo ante el consumo de alcohol.

La cerveza en un 46,4%, seguido del vino en un 29,1% y en tercer lugar los combinados con un 24,3% son las preferencias de los españoles. Existe una gran diferencia en cómo se bebe entre semana y en el fin de semana.

Cuatro de cada diez de alcohol bebieron cerveza en días laborables (39,7%), si bien en fin de semana es consumida en un 72,9%. El vino en segundo lugar es la bebida más consumida tanto en laborables como en fin de semana: uno de cada cuatro consumidores de alcohol tomó vino alguna vez de lunes a jueves y el 45,1% lo consumió en fin de semana.
Los combinados (cuba libres) se reservan para el fin de semana. Seis de cada 10 tomaron este tipo de bebidas de viernes a domingo.

El vermú, el Jerez y el fino son más consumidos por las personas de 35 a 64 años, mientras que el calimocho y la sangría por las de entre 15 y 34 años.

Borracheras

El 16,8% se ha embriagado en el último año, entre los 15 y 64 años. El descenso desde 2009 es claro pero los niveles siguen elevados. El grupo masculino se embriaga más, concentrándose entre los 15 y los 34 años.

El consumo en la modalidad de “atracón” o binge drinking sigue creciendo. El 17,8% de los ciudadanos ha consumido alcohol en forma de atracón en los últimos 30 días. Patrón más extendido entre varones concentrándose en el grupo de jóvenes entre los 15 y 34 años.

¿Acomplejados? ¿Inhibidos? ¿Superman?

La autoaceptación, el consumo vital saludable, la educación, la cultura, la coherencia, el control de los “mass media”, la ética, los valores, los principios y el ganarse el cielo en la tierra son los mejores desinhibidores existentes que además nos facilitan el autocontrol.

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