¿Cuáles son las etapas del proceso de clarificación de los vinos?
Para transformar las uvas en un vino agradable y claro, con cuyo color deleitar la mirada, se deben eliminar todas las partículas sólidas en suspensión habidas en el mismo. Para ello, hay que adherir las partículas y filtrarlas, pasos esenciales que ahora y desde decataencata.com os lo explicamos brevemente.
La clarificación de los vinos es una cuestión de partículas
En la actualidad, es difícil observar la presencia de partículas en suspensión en el vino porque la mayoría de enólogos llevan a cabo una etapa de clarificación mediante la cual se extraen la mayor parte de sus residuos sólidos. Para clarificar los vinos existen dos métodos principales: la clarificación y el filtrado.
La clarificación consiste en añadir a las cubas, proteínas (generalmente de clara de huevo) que se adhieren al residuo para formar un todo más grande y pesado que se hundirá y posará en el fondo de la barrica o del tanque. De este modo, el enólogo elimina fácilmente la capa sólida con sólo extraer las impurezas del vino. El segundo método:
Es la filtración, operación consistente en filtrar los vinos para eliminar la mayor parte de las partículas sólidas y dejar solamente el vino claro. Hoy en día, la tendencia es combinar métodos, de tal manera que actualmente la mayor parte de los vinos primero se clarifican y luego se filtran con el objeto de obtener un líquido lo más claro y transparente posible.
Comprender la clarificación de los vinos para conocer a fondo el proceso
Cuando observamos el vino tinto en la fase visual de cata, se valora su claridad y por tanto la presencia o no de algún depósito en su contenido. De este modo valoramos la edad del vino, porque de hecho, el depósito se va formando con los años, y un vino que contenga muchos residuos sólidos será a priori un vino de cierta edad.
No obstante, con vinos sin clarificar ni filtrar, este razonamiento no vale. Por ello es importante saber si un vino no está clarificado o sin filtrar, o bien ambas cosas, so pena de confundir un vino jóven recién embotellado sin filtración con un vino del siglo pasado embotellado después de una filtración adecuada. Pero, por fortuna, los reflejos del vino por un lado, y sus características olfativas y gustativas por otro, permiten ampliar la investigación y establecer de forma fácil si el vino tiene dos años o dos décadas.