¿Con que acompañamos el chocolate? Pregunta que suele hacerse el gourmet cuando plantea el postre proponiendo generalmente un vino generoso tinto o un vino dulce. Pero ¿por qué no cambiamos limitando el aporte de azúcar, por qué no probamos con el whisky?
La destilería escocesa Balblair, la más antigua de los Highlands, todavía activa, se ha asociado al maestro chocolatero belga Pierre Marcolini para ofrecer la propuesta de diversos maridajes entre cacaos de diferentes orígenes y cuatro whiskys de distinta edad.
Para esta cata, el maestro chocolatero propone un cofre de ganaches* y las asocia a grandes single malts y de ron originales, seleccionando las habas de cacao según su origen para lograr el maridaje perfecto con la paleta aromática de los single malts.
*El ganache (del francés ganache) es una preparación que se compone de nata (o crème fraîche) mezclada en caliente con chocolate en trozos a partes iguales. Se emplea en la elaboración de los recubrimientos de los bombones de chocolate, de las tartas y de las pastas de té, o como …
El single malt Balblair se caracteriza por su estilo generoso y afrutado fuera de lo común. No siendo fácil asociarlo, logra un equilibrio que conserva la paleta aromática del whisky y la del cacao. En el mundo de los maridajes, el espectro de posibilidades es casi infinito. El cacao expresa 130 aromas distintos en función del origen de las habas. Por otra parte, la potencia aromática de los single malts, su vertiente seca permite crear un tercer sabor según el chocolate y también como pareja.
Lo que seduce y apasiona es la diversidad de edades, el final y las expresiones aromáticas de los single malts de la marca escocesa.
Así, con el single malt de 12 años de edad, Pierre Marcolini ha seleccionado habas de Trinitario, en Cuba. Las notas especiadas son envueltas por los sabores cítricos y herbáceos del whisky, es cuando el chocolate hace resurgir el carácter cremoso del scotch, envejecido en barricas de Bourbon. Con 15 años, se van desarrollando notas achocolatadas, seleccionando para ello habas de Ecuador.
El carácter y el toque a madera es producto de una simbiosis olfativa.
La destilería, en plena madurez, hace hincapié en la necesaria armonía de los diferentes “crus” de cacao para conservar su energía y sus notas de corteza de naranja y de albaricoque.
Pierre Marcolini es uno de los pocos maestros chocolateros que tuesta sus propios granos. Para encontrar los mejores granos de cacao: Criollo, Trinitario, Nacional o Forastero. Marcolini recorre miles de kilómetros por todo el planeta y se implica personalmente en todas las etapas de elaboración de sus creaciones.
Theobroma cacao
Tan bonito como rico, rico…