La relación entre el consumo moderado de alcohol y el aumento del riesgo cardiovascular ha sido demostrado según un estudio publicado en la revista médica JAMA.
Hace ya algunos años se relacionaba el consumo de una cantidad moderada de alcohol con un menor riesgo cardiovascular, esgrimiendo la existencia de un probable factor protector frente a infartos cardíacos o de ictus cerebrales. Otros estudios actuales que tienen en cuenta información genética sugieren de forma significativa la existencia de un vínculo causal entre el alcohol y el riesgo cardiovascular.
El estudio publicado en la revista JAMA ha analizado específicamente el riesgo de dosis-respuesta y el riesgo real asociado al consumo de alcohol, sin suposiciones epidemiológicas (relación lineal de que a mayor consumo, mayor riesgo).
El estudio concluye en que el consumo moderado de alcohol si tuviera un factor protector para el sistema cardiovascular, en los estudios previos, se debería a una confusión, puesto que la verdadera protección procedería del estilo de vida general, los factores socioeconómicos y del comportamiento de las personas estudiadas. Por ello, dadas las dificultades para llevar a cabo ensayos clínicos aleatorizados por motivos logísticos y éticos, se han llevado a cabo investigaciones con datos genéticos humanos.
Los investigadores hallaron que por cada dosis estándar de alcohol consumido diariamente (el equivalente a media lata de cerveza), aumenta 1,3 veces el riesgo de hipertensión arterial y 1,4 veces el riesgo de enfermedad arterial coronaria. En el estudio de JAMA se recopilaron datos de 371.463 individuos, con una media de 57 años de edad, de los cuáles el 46% eran hombres y el 54% mujeres.
Además, la ingesta ligera de alcohol se asociaba con un mínimo aumento del riesgo cardiovascular y, a medida que se incrementa su ingesta, el riesgo cardiovascular también aumentaba de forma exponencial.
Conclusiones
Según los investigadores del Hospital de Massachusetts y de la Universidad de Harvard (Instituto Broad del MIT), sus hallazgos permiten llegar a las siguientes conclusiones:
1.Corroborar que los supuestos efectos protectores del consumo moderado de alcohol son una confusión y que era el estilo de vida de la persona estudiada, el verdadero responsable de la protección cardiovascular. En el estudio, tras ajustar tan sólo unos pocos factores de estilo de vida saludable ya se comprobó una reducción de la supuesta relación beneficiosa entre consumo de alcohol y riesgo cardiovascular.
2.Las evidencias genéticas sugieren una relación causal entre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares. Riesgo que aumentaría constante y exponencialmente a medida que se aumenta la ingesta alcohólica. Consumir hasta 7 unidades de alcohol semanales se relaciona con aumentos modestos del riesgo cardiovascular, pero existe un aumento desigual al pasar de 0 a 7 respecto a entre 7 y 14 unidades semanales. Por tanto denominar consumo de bajo riesgo a la toma de hasta dos unidades diarias puede ser, sin duda, un error perjudicial.
3.Las limitaciones del estudio, los autores recuerdan que no se trata de un ensayo clínico, sino de un estudio observacional, y no es posible establecer una causa-efecto como tal relación entre el alcohol y el riesgo cardiovascular. Pese a ello aconsejan tener en cuenta estos resultados a la hora de llevar a cabo cualquier recomendación de salud pública y Medicina Preventiva en cuanto al consumo de alcohol se refiere.
Cuestión aparte, cabe pensar en otros factores añadidos tales como el estrés y el hecho de que uno de cada cuatro españoles aqueja hígado graso, con lo que todo ello conlleva.
Bibliografía:
- https://jamanetwork.com/journals/jamanetworkopen/fullarticle/2790620
- La estocada definitiva a la copa de vino diaria: el estudio que desmonta el «consumo moderado» (msn.com)
- Un estudio cuestiona la teoría de que el consumo leve de alcohol beneficia al corazón – NIUS (niusdiario.es)
- Trayectorias del consumo de alcohol en relación con la mortalidad por todas las causas en pacientes con enfermedad cardiovascular: un estudio de cohorte prospectivo de 35 años – PubMed (nih.gov)
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