En la actualidad se están introduciendo criptomonedas en las transacciones del sector vitivinícola, algo impensable tan apenas hace unos años, pero los consumidores, más o menos jóvenes, hoy por hoy pueden comprar por así decir, “vino digital” merced a activos des materializados, ¿estamos ante una revolución?
Pero, según las últimas noticias, parece que el contexto es menos optimista últimamente. Salvo en algunos de los países de nuestro entorno (Francia). Un estudio de KPMG e Ipsos, bastante reciente, indica que el 12 % de los ciudadanos galos poseen activos digitales, casi 6,5 millones de personas, y Bitcoin sigue como estrella liderando este mercado de las llamadas billeteras des materializadas. El universo de los NFT (Tokens no fungibles) y blockchain han conquistado muchas industrias de lujo, así como el mercado del arte, pero el mundo del vino hasta ahora se ha mostrado muy cauteloso al respecto a la hora de efectuar las transacciones mediante criptomonedas, pero pese a ello, la idea, parece quererse abrir camino.
Nuevas perspectivas y protección del vino
Cabe decir que existen precedentes al respecto, por ejemplo la colaboración entre Dom Pérignon y Lady Gaga en el año 2021, con la puesta a la venta de nuevas cajas en un escaparate 100 % de una tienda digital, otro ejemplo es, el de la destilería Glenfiddich, que vendió un raro single malt de 1973 por casi 20.000 euros gracias a la tecnología blockchain. Recientemente, otras iniciativas como la de los château bordeleses (Pape-Clément, Smith, Haut Lafitte, Edmus y Malar tic-Lagravière) sin duda seducidos por la innovación de asociar sus prestigiosos vinos a los NFT.
Y, entonces, ¿cómo se puede conciliar el metaverso y la viticultura?, pues parece un juego infantil, dado que cualquier aficionado al vino solamente requiere comprar una criptomoneda, la que desee, en los mercados especializados (Bitcoin, Ethereum, DOT o SOL) e instalarla en su billetera digital.
Y, ¿entonces por qué la reticencia?, pues parece que el primero de los motivos que se esgrimen en este tipo de transacciones 2.0 es el de la autenticidad y la falsificación, puesto que los NFT (certificados digitales infalsificables) certifican la propiedad de un bien, incluso virtual, gracias a la blockchain. Abordando de este modo las cuestiones relacionadas con la trazabilidad, sin olvidar que las criptomonedas también sirven para proteger a los grandes vinos de múltiples transportes, permaneciendo almacenados óptimamente en las bodegas. A lo largo de los intercambios solamente cambia de manos la criptomoneda, no el vino en sí mismo, hasta la entrega, previa solicitud, al consumidor final. Se garantiza el camino de la vida del vino.
¿Dónde comprar?
Este nicho de mercado sigue siendo bastante confidencial, pero varias plataformas especializadas en la venta de vinos a través de NFT y blockchain ya lo han probado. A nivel mundial, Cruated tiene un catálogo que reúne a viticultores de renombre como los Domaines de Montille, Meó-Camuzet, Denis Mortet, Dujac y los château Lynch-Bages, Lafite Rothschild, Margaux, Latour y champagnes como Roederer o Philipponnat. Y actores como Vin Malin, InterCellar, Wine Chain o BTC Wine.
¿Y, en España, dónde?
Poco, poquito, poco:
Cada cual decida.