La bodega Carl Jung, desde 1907 produce y elabora vinos sin alcohol, una pionera. Sus ventas se dirigen a los países musulmanes, a Estados Unidos de Norteamérica (en la época de la prohibición), un auténtico adelantado a su tiempo.
Una familia de viticultores germanos que los elabora desde hace más de un siglo en sus instalaciones del castillo de Boizenburg, en su viñedo del Valle del Rin. El abuelo Carl Jung fue pionero en el proceso de extracción del alcohol del vino, técnica que desarrolló en 1907, y hoy ampliamente utilizada en el sector.
En ese momento ofrecía una alternativa a un cliente que no podía tomar alcohol por motivos de salud, todo un referente de la época (Ley Seca en EEUU (1920-1933) y en muchos de los países musulmanes. Una polarización que lo llevó a abandonar la producción tradicional de vino en los años 90 del siglo pasado.
Con una tasa de crecimiento anual del 35 %, conquista a una clientela preocupada por la moderación, una producción mayoritariamente dedicada a la exportación (80 %) de los 17 millones de botellas producidas cada año, tanto es así que tiene a otros productores como clientes, dado que alrededor de los dos tercios de la producción se procesan por encargo de marcas que añaden cosechas sin alcohol a su oferta. Una tendencia contínua según IWSR (proveedor y analista de datos) dado que Estados Unidos va a impulsar las ventas de refrescos con un incremento anual del 11 % hasta el 2028 y aumentos sustanciales en Alemania, Gran Bretaña y Francia.
Hoy por hoy, con un 0,5 % de la producción mundial de vino, podría alcanzar entre el 4 y el 5 % según la OIV (Organización Internacional de la Viña y del Vino). Las iniciativas de Enero Seco, Agitar tu Octubre y Días sin Resaca ilustran la tendencia.
Möet Hennessy, la división de vinos y licores del gigante del lujo LVMH, ha invertido recientemente y por primera vez en una marca de vinos espumosos sin alcohol. En la ciudad de Rüdesheim, al suroeste de Alemania, se halla el castillo de Rüdesheim transportando regularmente sus vinos al resto de Alemania y a otros países europeos.
La técnica
En una gran sala, se hallan dos máquinas conectadas a tuberías que trabajan día y noche, aplicando la evaporación al vacío desarrollada por Carl Jung, en la sala de inox con la última tecnología. El vino se calienta gradualmente, hasta una temperatura inferior a los 30 º C, de tal modo que sólo se evapora el alcohol, pero no los sabores. Si bien el vino se somete a un proceso de “recuperación del aroma”, para restaurarlo. Se comienza extrayendo las sustancias aromáticas del vino, (las sustancias del bouquet), que es precisamente lo que se le devuelve al vino desalcoholizado, según comenta Bedrnhard Jung. El saber hacer ha logrado mejorar la calidad en estos últimos años.
A fuerza de ser sinceros aún queda un buen trecho hasta alcanzar los niveles de calidad de las cervezas sin alcohol y las 0.0 (en especial las tostadas).
La fotografía

Autoría : falceño