De Pitichinaccio – Trabajo propio, Dominio público, Enlace
Alexandre Avantangelos, produce un blanco excelso en la isla de Tinos tras replantar sus viñas en medio del Egeo Meridional.
TINOS
En la pequeña isla granítica de Tinos en las Cícladas, a unos 20 minutos en barco desde Mykonos, se producen los vinos de Santorini, importados desde hace mucho tiempo. Alexandre Avantangelos natural de Corfú, viticultor lo suficientemente loco para crear este vino telúrico y colosal.
En Tinos se produce vino desde la antigüedad. Desde la Edad Media con la ocupación veneciana de la isla. Desde entonces la viticultura se hallaba un tanto perdida. El descubrimiento del terruño de Tinos ha permitido producir un maravilloso blanco, el Clos Stegasta, de la bodega T-oinos
Sobre 12 hectáreas de viñas plantadas sobre vetas de mármol azul y blanco, en medio de enormes bloques graníticos barridos por los vientos, ! ver para creer ¡
La hermosa totalidad y diversidad griega
Tras una primera experiencia vitivinícola en la isla de Santorini, Alexandre Avatangelos descubrió el potencial de Tinos, en donde no existía ninguna viña antes de llegar él. Fue buscando antiguas parcelas en el catastro para adquirirlas poco a poco, una a una, recomponiendo un terreno a unos 460 metros de altitud snm, donde la arena permite plantar cepas a pie franco, (sin injertos), produciendo vinos con sabor más puro y una selección masiva mediante la elección de sarmientos de una buena cepa existente cuando quiera plantar en lugar de comprar clones como ocurre con la mayor parte de viñedos. Ha invertido en un patrimonio vitícola lo más sano posible con el objeto de poder afrontar mejor las condiciones climáticas adversas del lugar.
Alexandre Avatangelos empezó a plantar en el año 2002 y logró su primera añada en el año 2008. Ello ha supuesto invertir 7 millones de euros. La bodega es modesta pero la calidad única de sus viñedos ha sido la principal prioridad inversora en T-Oinos. Con un estado sanitario excepcional, cultiva de acuerdo con los principios biodinámicos en un medio con gran restricción del recurso hídrico. Los rendimientos, ocasionalmente, son nimios.
A pesar de ello la gran determinación de Alexandre ha logrado recuperar la variedad tinta mavrotagano en vías de desaparición. El lugareño Michalis Tzanoulinos, capataz de la explotación, duerme con las viñas incluso los domingos, pero los resultados, son la obtención de unos caldos de una originalidad loca.
Nos hallamos ante uno de los mejores vinos del mundo
Jacques Perrin creador del Club des amateurs de vins exquis en Ginebr, suele comprar unas 1000 botellas anuales a la bodega T-Oinos, de tinto pero mayoritariamente del blanco, producido con la variedad assyrtiko.
Las monjas del monasterio ortodoxo de San Pelagio, encienden por la noche una vela para T-Oinos.
Para mayor información leer: Vins de caractère en Mediterranée en Le Monde.