Ya dice el dicho, “el que mucho abarca, poco aprieta” y, lo mismo ocurre si nos aventuramos a recorrer el Tajo enoturístico, pudiendo resultar una experiencia incompleta, puesto que para conocer tan vasta y variopinta región, también se descubre des-pa-cito, al ritmo de las aguas del mayor río peninsular. Vamos a empezar el recorrido visitando localizaciones especiales, a sabiendas de que siempre hay lugares por descubrir.
De Tyk based on File:Portuguese Districts Map.svg – self-made. Regions borders are based on concelhos bordes. In some cases a concelho has more than one wine region, as these can be based on freguesias (smaller administrative units). However, this is not shown on the map. Data taken from Instituto da Vinha e do Vinho, CC BY-SA 3.0, Enlace
El Tajo
Región extensa, de unas 17.000 hectáreas de viñedos, que producen cerca de 650.000 hectolitros de vino, cerca del 10% de la producción vitícola portuguesa.
Desde Mação al este hasta el río Maior al Oeste. De Ferreira do Zêzere al norte hasta Benavente y Coruche al sur, siempre con el Tajo como espina dorsal, la región muestra paisajes accidentados y llanas planicies, zonas más urbanas y otra dedicadas a la agricultura intensiva que componen este hermoso puzzle del vino.
En el Tejo los viñedos (as videiras) forman parte del paisaje físico y vital de las personas que lo viven y habitan desde hace miles de años. Existen testimonios que estiman que la elaboración del vino se remonta a 2.000 a.C., de la mano de los Tartessos, la primera gran civilización de la península ibérica, arrasada en el siglo VI a.C. por los Cartagineses y cuya capital se situó en el estuario del Guadalquivir. Los diversos contactos comerciales, facilitaron que la viña fuera plantada en los valles del Tajo y del Sado hace ya unos 4.000 años.
Desde entonces hasta ahora, mucha agua corrió por ambos ríos y también el vino se mantuvo a tono, pese a incentivar la cantidad y no la calidad de sus caldos, vinos por así decir, sin firma.
En los últimos tiempos, la recuperación del estatuto de los vinos del Tajo, han elevado y reconocido la calidad de los mismos en el panorama vitícola portugués y más allá. Logrando estar cerca del 15% (110.000 hectolitros) de producción con D.O y en actual progreso ascendente, corriendo pareja su calidad.
Quinta Vale de Fornos
La cercanía y el fácil acceso desde Lisboa (navegando aguas arriba) hizo que muchas familias pertenecientes a la aristocracia vinieran a esta región como zona de recreo vacacional. Así nacieron las llamadas Quintas y los palacetes, en donde se respiraba aire puro, se organizaban partidas de caza, criaban caballos, tenían lugar corridas de toros (tientas), se comía , bebía y se convive en propiedades románticas que todavía hoy conservan todo su atractivo encanto.
Y por ahí entra con fuerza inusitada el enoturismo, por toda la región, a una distancia cómoda de Lisboa, más cerca del norte (que el Alentejo), dada su posición central en el país, los productores y bodegueros se dieron cuenta de que el enoturismo hoy, lo constituye en su mayor parte el turismo y, que lo que desea es conocer las bodegas y catar sus vinos.
La experiencia del vino está indisolublemente unida a la de la comida, ambos con gran poder de seducción.
La Quinta de Vale de Fornos en Azambuja, es un buen ejemplo de todo ello. En sus edificios las tropas francesas instalaron su cuartel general durante la invasión napoleónica en el siglo XIX. También se dice que Cristóbal Colón pernoctó en ella, tras regresar de las Américas yendo al encuentro de Don João II en el Vale do Paraíso.
Otra característica curiosa de la Quinta de Vale de Fornos es la que se halla unida al universo de Baco, y son precisamente sus 50 hectáreas de viñedos, la mitad de las cuáles se hallan en fase de remodelación, en las que podemos hallar tres terruños típicos del Tejo: el Bairro, característico de la margen derecha del río, o Campo, que bordea la orilla y la Charneca, en la margen izquierda. La propiedad se halla ubicada en la misma frontera con la región vitivinícola de Lisboa. A los propietarios les fue ofrecida la elección en cuanto a la adscripción a la D.O se refiere y, optaron por la D.O Tejo.
Un poco más al norte, en Almeirim, la Falua contribuye con la diversidad regional. Los suelos del Tajo son mayoritariamente arcillo-calcáreos en la margen derecha siendo más accidentados por los aluviones del lecho del río y el de sus afluentes y por arenas en la margen izquierda. También existe una mancha de esquistos cerca de Tomar.
La Vinha do Convento a cuatro metros de profundidad compuesta por cantos rodados, anacrónicamente situada en una colina lejos del río Tajo en medio de un paisaje inédito y singular en Portugal. Vamos allá.
La otra cara del Tajo
A unos 24 kilómetros, en la otra margen del río, el paisaje cambia completamente, del cascajo, del canto rodado se pasa a los ondulados con horizontes absolutamente abiertos. Una alameda de árboles con viñas a ambos lados conduce a un complejo edificado de tonos ocres.Un portal cerrado deja entrever un patio arbolado flanqueado por edificios y un bloque de mayores dimensiones al fondo. A través de una puerta abierta entramos en la bodega dotada de lagares de granito, excavados a mano a partir de bloques ciclópeos de rocas únicas en una magnífica organización del espacio, siendo mayor mi sorpresa cuando me descubren que la obra fue dirigida por Adelaide Ferreira, la Ferreirinha, que ofreció la Quinta de Vale de Fornos como prenda de boda.
En una de las esquinas de la bodega antigua unida mediante una baranda que permite la visión de enormes cubas que en breve serán valoradas para validar su uso, se halla una puerta que conduce directamente a la entrada principal de la casa. Dado que el vino formaba parte del día a día de la hacienda.
Descendiendo las escalinatas observamos la existencia de un pozo y de un hogar (lareira) con que se calentaba el ambiente. Los grandes travesaños de madera del techo nos retrotraen al Douro, in memoriam.
Salimos a los jardines del palacete en los que un faisán se pavonea ante nosotros. El jardín plantado en terrazas y bancales traza la dirección hacia la casa principal en la que en un lateral tienen lugar los eventos en un gran pabellón al que se añade un pequeño edificio dedicado a tienda rodeado de césped. Previamente se pasa por una antigua destilería y desde donde divisamos los extensos viñedos, unos encaramados en las laderas y otros en valles fértiles. Sintiendo al fondo el Tajo cercano hacia la entrada de la propiedad en donde sopla la brisa fresca que atempera el calor veraniego.
La bodega produce cuatro tintos y dos blancos elaborados por la bodega Encostas de Alqueva, excelentes caldos estructurados y complejos. A la sombra de estas construcciones seculares, se aprecia el silencio y la historia, con una copa de vino en la mano.
Falua
Joâo Portugal Ramos la funda en 1994 y posteriormente pasa a manos del grupo agroindustrial francés Roullier, en la que realiza su primer gran inversión mundial en el sector vitivinícola. Produce más de 6 millones de botellas al año.Un edificio de color gris metalizado en el parque industrial de Almeirim es la enseña de la casa. Desde la recepción se pasa a la sala de barricas, separada por una pared de cristal y con acceso a la bodega por el otro lado. La luz exterior directa es inexistente, con una climatización ejemplar que logra una atmósfera especial y unas condiciones de guarda no menos excelentes.
Pasear en medio de las barricas y llegar a los toneles y a las torres de inox en medio de una higiene rigurosa siguiendo las especificaciones internacionales, imprescindibles para la exportación al Reino Unido es todo uno. Todo en su lugar, un suelo brillante impecable, con un cumplimiento estricto de las normas de limpieza (los vestuarios incluyen duchas para el personal).
Ascendiendo al primer piso nos hallamos en la sala de catas desde la que se observa la nave de barricas a través de una pared de cristal. Dos grandes mesas de madera centran el espacio, incluyéndose un sistema de proyección audiovisual.
En el otro lado, opuesto al de la nave de barricas, una terraza abre el edificio al exterior.
En un terreno lateral al edificio, se plantó una viña pedagógica, con todas las variedades cultivadas por la bodega. 68 hectáreas de viña propia y más de 250 en régimen de gestión conjunta con sus propietarios.
Lo más impactante sin duda, es la visita a tres kilómetros de la bodega, de la Vinha do Convento, con una extensión de 40 hectáreas dividida por la A13. Nos hallamos a 3 kilómetros del cauce del Tajo, percibiendo que el río en otros tiempos tuvo más direcciones. La viña está plantada en una colina cuyo suelo lo forman cantos rodados típicos de lechos de acuíferos, siendo plantada a mano en su origen, en un terreno vacío cuando se fundó la Falua. Un terruño singular que dió el Tajo en estos lares.
Quinta Vale de Fornos
Tel.: 263 402 105 / 919 544 548. E- Mail.: eventos@quintavalefornos.com.
Web.: www.quintavalefornos.com
https://es-la.facebook.com/valefornos/
Falua
Zona industrial, lote 56, Almeirim. Tel.: 243 594 280. E-Mail.: falua@falua.net
Web.: www.falua.net