La cocina del ron efectúa su gran retorno en las cartas de cocktails.
Dos treintañeros superan la falta de mordiente de la coctelería actual y lanzan Gaya, una cachaça artesanal “made in Brasil”.
Tras retornar de su expatriación a Brasil, Nicolás Delauche, recuerda con nostalgia las caïpirinhas de los bares de Río de Janeiro. En París no halla en aroma envolvente de las flores blancas, de la miel y de la caña de azúcar. “Aquí, las cachaças son industriales, prácticamente sin sabor alguno, salvo el del alcohol intenso”, comenta lacónicamente. Y de ahí surge su idea de elaborar un producto artesanal para importarlo desde Francia. Se asocia a Ricardo Lopes, un brasileño que ya había trabajado en ello, se asocia a pequeños productores locales en la extensa Minas Gerais, cuna de la cachaça, en la que los campos de caña de azúcar se extienden hasta el infinito brasilero.
La primera cosecha y producción de cachaça de Gaya (12.000 litros), bautizada con el nombre de Jequitibá, se afinó en las barricas de madera blanca indígena, típica del país, que le confiere limpidez al alcohol, antes de embotellarse en barricas de roble de cognac.
Gaya se puede degustar en Boteco, nombre de los dos – y próximamente tres – bares brasileños abiertos los los dos emprendedores en la capital, en los hoteles de lujo y en las salas de fiestas…
Según Jean Munos, el barman jefe del Park Hyatt París – Vendôme, el ron es por deducción, prima de la cachaça, a buen seguro, la estrella de los cocktails en este 2020.
Aguardando detrás, se halla el ron blanco, más suave y más accesible, para aquellos que gustan de alcoholes más suaves.
El daïquiri, por ejemplo, seguirá siendo un gran clásico, uno de los mejores cocktails del mundo.
Y, al parecer, se acerca el final de las bebidas a base de zumos de fruta muy azucarados. La piña colada por ejemplo.
Hoy en día se prefieren creaciones más equilibradas, con vermouth o con ron, un licor, un aguardiente o un bitter que permiten “secar” el cocktail.
Por otra parte, el frescor se garantiza, añadiendo a la cachaça limón verde, un poco de azúcar y hielo, pudiendo añadir fruta fresca como el ananás o el kiwi.
Sabroso, ¡verdad!
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