RON CON CHOCOLATE

El maridaje entre el cacao y los aguardientes no es nuevo pero pese a ello los elaboradores van más allá de las clásicas formas de degustar los productos de su tierra. Hoy hablaremos del ron con chocolate.

El nuevo favorito de los aficionados a los espirituosos

Con sus 500 componentes aromáticos, el chocolate se confirma como un inmejorable compañero para degustar café, té, vino y naturalmente, los espirituosos. La elevada tasa de alcohol y su textura, capaz de variar desde lo muy seco a lo untuoso, hacen emerger las sutilezas del cacao, un producto de terruño al mismo nivel que la viña o que el de algunos cereales.
Recordemos antes de apurar alguna que otra onza de chocolate e incluso la tableta entera, que el haba y la pulpa obtenidas por el cacaotero pasan también por una etapa de fermentación, una analogía suplementaria que guarda con la elaboración de los aguardientes, por lo que sus relaciones de vecindad y de acompañamiento son inmejorables.
Desde hace algún tiempo, los productores y elaboradores de espirituosos y los chocolateros recomiendan degustar la onza de chocolate con un sorbo de brandy, de coñac, de whisky, de ron o de un pajarete, como un 1908 de la Antigua Casa de Guardia malagueña, como botón de muestra en un plano más elevado. Todo ello, implica una íntima y estrecha colaboración entre el mundo del chocolate y el de los espirituosos y licorosos.
Tal es el caso, de la Maison du chocolat, de la mano de su chef Nicolás Clouseau que junto al espirituoso ha hecho realidad y alquimia con la edición francesa del whisky Benjamín Kuentz. Un chocolate líquido cuyo origen está en la isla de Grenada y en el Ecuador, fruto de una larga reflexión y de un afinado durante semanas en barrica de roble francés que contuvo un whisky con sabor ahumado. Con todo ello, el cacao gana en potencia e intensidad aportando notas cítricas que encantan al aficionado al whisky.
En esta celebración también pueden participar los pralinés de Pierre Marcolini asociados a whisky japonés a los que añaden la doble textura del caramelo y del praliné. Recuerda, por ejemplo, el sabor de los bombones Mon Chéri. Imagina por un momento mezclar chocolate belga con algún whisky nipón (Nikka, Miyagikyo, Yamazaki Distiller’s Reserve, Togouchi Kiwami, The Chita, por citar algunos), con los que la fuerza reside en las asociaciones y en el fondo, como es el caso que se da combinando el Yamazaki y un caramelo con praliné, almendra y arroz torrefacto.

Ron chocolateado

Pero, hay más, otras experiencias y técnicas. La torrefacción aromática de las barricas de roble. En Venezuela, Jassil Villanueva, maestra ronera de la casa Brugal ha abierto una senda inédita con su Colección Visionaria Edición 01, con sus barricas de roble que contienen ron y que previamente fueron tostadas con habas de cacao tostadas y flameadas. Con ello se logra el equilibrio entre el amargor ligero del cacao y los aromas especiados, a cítricos y de vainilla del aguardiente de caña de azúcar.
Con una edición limitada de 600 botellas, fruto del reencuentro entre el maestro chocolatero Christophe Berthelot-Sanpic y los equipos roneros de la plantación. Cacao, espirituoso a base de caña de azúcar destilada en el año 2018 en Barbados conteniendo 5 kilogramos de cacao de Madagascar infundidos en una barrica a la que hubo que agrandar su apertura unos 30 centímetros para acoger la saca de chocolate, una experiencia feliz a la que también se suma la de la Maison Ferrand, propietaria de la ginebra Citadelle y de Rhums Plantation, actualmente concentrada en el lanzamiento de Plantation Cut & Dry, bebida a base de nuez de coco íntegramente cosechada en Barbados, otra idea exitosa en esta senda cacaotera innovadora.

Dónde encontrarlos

Alchimie: www.lamaisonduchocolat.com 16 €
Pierre Marcolini, whiskies raros de Japón: 49 €
Colección visionaria Edición 01 Brugal: www.whiskylodge.com 90 €
Cacao Plantation en exclusiva para Château de Bonbonne (16130, Ars) 24,95 € 35 cl

Notas de cata de Brugal colección visionaria

Nacida tras la pasión de 5 generaciones de Maestros Roneros, una edición limitada la de esta colección de ron ultra premium. 135 años de experiencia en ron y una técnica innovadora de tostado aromático de barricas europeas de roble con ingredientes aromáticos dominicanos seleccionados naturales, antes de ser llenadas con ron, que logra complejidad, profundidad y finura simpar, un ron excepcional. Con la selección cuidadosa de cacao dominicano para tostar las barricas y así ofrecer notas de chocolate negro y frutos secos tostados, equilibrados con cítricos y vainilla, toda una experiencia sensorial única.
En nariz se perciben ricos aromas de chocolate calentito, roble tostado, especias, cítricos y vainilla, sumamente equilibrados.
En boca: la vainilla y el caramelo surgen dando paso al chocolate negro y a los frutos secos con ese toque a nueces tostadas.
Final: la sensación suave, sedosa, en boca y un final largo con notas a roble tostado que perduran tras desaparecer el dulzor.