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RELAX VERANIEGO

Al contrario de lo que se cree y piensa, no hacer nada en vacaciones no descansa el cerebro. Vamos a ver cómo descansar realmente el cerebro en vacaciones.

Tanto si ya estás en tu destino de vacaciones como si esperas (con más o menos facilidad) antes de partir, surge el mismo objetivo de las vacaciones de verano: dar un descanso al cuerpo y sobre todo a la cabeza. Hay que decir que muchos se van de vacaciones en un estado de alta fatiga intelectual, después de haber superado sus límites. Sin embargo, el funcionamiento de todo nuestro cuerpo depende de la buena forma de nuestro cerebro. Entonces, ¿qué hacer o no hacer en vacaciones para volver a encarrilar esta brújula corporal?

¿Puede estar «cansado» el cerebro?

Sí, pero al contrario de lo que pensamos, no es el trabajo lo que le cansa sino el estrés, las respuestas incesantes a los estímulos y a aquellos a los que no puede responder. Pongamos un ejemplo: estás en una multitud, el lugar está lleno de estimulación visual y auditiva, tus hijos están a tu lado, haciéndote preguntas, tienes que encontrar tu camino, suena tu teléfono. Aquí, se le pide al cerebro que centre su atención en imperativos (supervisar a los niños, lograr un objetivo específico) y que experimente y elimine pasivamente toda una serie de restricciones o elementos negativos a nivel emocional. Sin embargo, el cerebro no puede lograr un objetivo y, al mismo tiempo, inhibir la información dañina.

¿Cuáles son las manifestaciones de esta llamada fatiga intelectual?

La falta de atención y disponibilidad intelectual demuestra que hemos ido más allá de nuestros límites. Es decir, ya no podemos concentrarnos, nos equivocamos, leemos varias veces el mismo pasaje de un libro sin entenderlo… Estamos en modo automático, ya no podemos centrar voluntariamente nuestra atención en lo que nos gustaría, solo podemos realizar las tareas básicas. La irritabilidad tampoco engaña. La atención y el control se encuentran entre las funciones ejecutivas más elaboradas de nuestro cerebro, por lo que cuando hay un fallo, el sistema es «libre» y ya no podemos controlarnos a nosotros mismos. Es en esta configuración que nuestras palabras a veces pueden exceder nuestros pensamientos, por ejemplo. Por último, nuestro tiempo para conciliar el sueño refleja el nivel de agotamiento alcanzado. Es importante entender que somos seres programados para protegernos del peligro. Claramente, cuando estamos estresados, el cerebro se encuentra en la misma situación que el de nuestros antepasados que tuvieron que sobrevivir ante riesgos vitales, los animales, por ejemplo. No diferencia entre amenazas, animales, guerra, carga de trabajo y se pone en una situación de despertar de pánico. Cuando superamos nuestros límites, el cerebro considera que debe permanecer vigilante incluso por la noche porque ya no tiene suficiente del día para regular lo que le pedimos que regule.
Nuestro tiempo para conciliar el sueño refleja el nivel de agotamiento alcanzado

¿Existe una duración ideal de las vacaciones?

Hay una gran variabilidad interindividual. Más bien diría que hemos recuperado un nivel de funcionamiento casi óptimo cuando podemos volver a dormir, a prestar atención a lo que nos rodea, a leer, a comer con plena conciencia…

En vacaciones, ¿qué puedes hacer para alcanzar este buen nivel de funcionamiento?

Al contrario de lo que se podría pensar, no hacer nada no descansa el cerebro. Lo que le relaja es poder elegir hacer algo cuando quiera y durante el tiempo que quiera, sin ser molestado y estando lejos de ello. En la práctica, depende de cada persona: escribir, leer, hacer manualidades todo el día, hacer mucho deporte porque por fin tienes tiempo para hacerlo, caminar… Y actualmente, lo que está más amenazado en mi opinión es precisamente esta libertad de elegir con plena conciencia lo que hacemos. En las redes sociales o en los libros de desarrollo personal, hay muchas recomendaciones, representaciones de qué hacer o no hacer en vacaciones. Pero sobre todo, ¡haz lo que te haga más feliz en cada momento! Deja que tu cerebro te guíe. Algunos incluso pueden trabajar un poco si les apetece, si saben que su vuelta al colegio va a estar demasiado ocupada y que retomarán la actividad con menos preocupación empezando a contracorriente. Cortar todo, desenchufar todo puede ser bueno para algunos pero no para otros. Por último, no debemos olvidarnos del sueño, que nos permitirá recuperar nuestras capacidades de atención.
Casi necesitamos tomarnos un tiempo libre antes de irnos de vacaciones, tomar descansos antes de que ya no tengamos habilidades de atención.

¿Cuánto tiempo tarda en descansar el cerebro?

Todo depende de tu estado cuando te vayas de vacaciones. A menudo cometemos el error de ir demasiado lejos y exceder nuestros límites; En este caso, se necesitan varios días para volver a un estado que nos permita volver a disfrutar de lo que nos rodea. Hoy en día, las vacaciones se tratan cada vez más de recuperar un estado que te permita disfrutar de las vacaciones. En realidad, casi necesitas tomarte un tiempo libre antes de irte de vacaciones, tomar descansos antes de que ya no tengas habilidades de atención, detenerte mientras tengas habilidades. La mayoría de las personas quieren pasar sin problemas de un horario de trabajo pesado a un horario de vacaciones pesado, pero los cambios bruscos de ritmo son agotadores. Nuestro cerebro y nuestro cuerpo no están preparados para esta transición brusca, podemos encontrarnos en un estado de auténtico “jet lag». Finalmente, antes de irte, necesitarías una bombona de oxígeno para reducir gradualmente tu cantidad de trabajo. Y el principio es el mismo cuando vuelvas de vacaciones: tómatelo con calma y dite a ti mism@, por ejemplo, que los primeros días están destinados a la organización antes de llegar al meollo del asunto del “curro”.

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La fotografía

Herrero Uceda, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

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