Los nuevos plátanos rojos con sabor a frambuesa, ni son nuevos ni saben a frambuesa. Más bien a un mango suave… Pero si son canarios (su origen no, son asiáticos) y están muy ricos. Fueron traídos al archipiélago hace cuatro décadas desde la isla antillana de Guadalupe, en el Caribe, es solo desde hace apenas un lustro que agricultores plataneros de Tenerife apostaron fuerte por ellos. Yo los he vuelto a probar en mi último viaje a Lanzarote a primeros de este mes.
Lo más llamativo de esta variedad, que está causando sensación en las redes sociales, es el tono rojizo de su piel, por otra parte, más gruesa que la del exquisito plátano canario amarillo y que la banana. También es más pequeño y chato que ambos, pero más grueso y pesado, dando la sensación de que es más mullido por dentro.
Se pela sin dificultad y resulta menos aromático al pelarlo.
La pulpa presenta un matiz rosáceo, menos pálido y con presencia de semillas, aunque escasas y diminutas. El interior es mucho más intenso. Anaranjado y con tintes rojos acentuados, sobre todo en las piezas más maduras.
El plátano rojo tiene textura cremosa pero firme. Es más meloso, sabroso y agradable al masticarlo, pero su sabor es mucho más atenuado que el de su primo amarillo. Estas cualidades lo convierten en ingrediente ideal de postres menos empalagosos y también para platos salados.
Cualidades nutricionales de los plátanos rojos y amarillos
Un plátano de tamaño medio, sin piel, pesa en torno a 80 gramos, su equivalente energético son 66 calorías.
Son fuente de potasio (mineral necesario para la transmisión de los impulsos nerviosos y de una adecuada actividad muscular (ayuda a prevenir los calambres, de los que os hablamos recientemente en decataencata.com).
Contiene magnesio, contribuyendo con su aporte al buen funcionamiento del intestino y del sistema neuromuscular. También forma parte de los huesos y de los dientes. Se trata de un buen aliado de la flora intestinal, facilita el crecimiento de los lactobacilos, que a su vez generan sustancias que regulan el tránsito intestinal. Es fundamental para la absorción de vitaminas y minerales y lograr un buen estado del sistema inmunológico (las famosas “defensas”).
Por su contenido en ácido fólico, se recomienda consumirlo en el embarazo (por la mañana o al mediodía) puesto que es eficaz para tratar anemias y prevenir situaciones de espina bífida en el bebé. También interviene en la producción de glóbulos rojos y blancos así como en la formación de anticuerpos por parte del sistema inmunológico.
Es un alimento astringente, siendo muy eficaz en los episodios de diarrea. Es rico en hidratos de carbono, aportando energía muy fácilmente. Si estás a dieta, simplemente, controla la cantidad que ingieres.
Alimento muy completo para pequeños y mayores, que ayuda a saciar el apetito.
Recuerda que es fácilmente transportable y además colaboras con la economía insular. Todos los días un plátano, por lo menos.
Maridaje de los plátanos rojos con el vino
Os recomendamos un vino blanco seco como el Riesling o el Chardonnay, que evitan interferir con el dulzor de la fruta. También un cava (un brut nature*), un champán o un vino espumoso dado que el plátano tiene un sabor sumamente intenso y puede enmascarar el sabor de muchos vinos.
*El cava brut nature es un tipo de cava que no lleva azúcar añadido (puede llegar a tener hasta un máximo de 3 g/l – Un cava brut puede llegar hasta los 12 g/l). El cava brut nature es el cava en estado puro, limpio y brillante, de entrada fresca y el compañero perfecto para armonizar toda una comida de principio a fin.
La clasificación de los cavas viene determinada por el contenido en azúcar que se le añade al vino:
- Brut nature: vino espumoso al que no se le añade azúcar después del degüello. Contenido de azúcar inferior a 3 g/l.
- Brut: contenido inferior a 12 g/l en azúcar.
- Seco: los que contienen entre 17 y 32 g/l.
- Semiseco: aquellos que contienen entre 32 y 50 g/.
- Dulce: son aquellos que superan los 50 g/l.
- Extra Brut: hasta 6 g/l.
- Extra seco: entre 12 y 17 g/l.