La tendencia No Low es la de las bebidas que imitan a las que contienen alcohol pero sin titulación alcohólica.
Tras la novena edición de la encuesta de consumo en Francia se ha constatado la progresión continua del rechazo al consumo de alcohol y de vino. En este artículo decataencata.com os aporta las nuevas tendencias al respecto, intentando desentrañar el porqué de esta desafección.
En las pasadas fiestas navideñas, en especial en la despedida del año, pudo observarse esta tendencia, sobre todo durante los días 24 y 25, en los que en aras a motivos de salud se evitó el consumo desaforado de alcohol.
Con todo ello, el vino cada vez está más ausente de las mesas, así, los consumidores habituales en el año 2022, suponían el 11 % de la población, según la agencia So Wine.
El No Low: una tendencia creciente entre las nuevas generaciones
Tanto el enero seco como el No alcohol o Low alcohol, son conceptos anglosajones, pese a ser los primeros consumidores de vinos franceses y no precisamente los últimos en cerveza, whisky y ginebra, entre otros. Al otro lado del Canal de la Mancha, los No Low suponen el 29 %, el 45 % de los que tienen entre 18 y 25 años. Según So Wine/Dynata en el año 2023, el 80 % de ellos están intentando disminuir su consumo de alcohol, eligiendo opciones de bebida saludables.
Algunos han descubierto recientemente la ginebra 0.0, una alternativa perfecta para personas que practican deporte y estudian, hasta el punto de declinar las invitaciones que les suelen hacer. Y menos ante eventos deportivos a celebrar, haciendo de la ginebra sin alcohol (0.0) su bebida favorita, con sus aromas a tomillo y romero que compensan la potencia amarga de los espirituosos, pero les parece una inmejorable opción a la vez de compatibilizar su gusto con la práctica de una media maratón de una hora y diecinueve minutos sin por ello renunciar a la relación amistosa ni a la juventud.
Una oferta que se incrementa al ritmo del de las nuevas metas y aspiraciones
Si los espirituosos y los cócteles tienen su público, la tendencia No Low tiene cada vez más adeptos, al igual que la cerveza sin alcohol y la 0.0, hasta hace poco reservada a obes@s. Y todo ello incrementado en el período estival, durante el que cada vez son más los que alternan las bebidas refrescantes sin alcohol y con menos azúcar, cuestión más que necesaria ante la epidemia de obesidad que nos inunda.
Se ha constatado que las familias pueden y ya desean pasar las fiestas con efervescentes naturales como el Moscato de Asti Tresecoli, un vino efervescente que cuesta 10 euros y con muy bajo grado alcohólico: 5 º, una opción magnífica para su salud orgánica y económica.
Se constata que tanto la cerveza como el vino y los espirituosos ceden terreno a las bebidas No Low, que incluyen a cervezas artesanales. En cuanto a los cócteles y a los espirituosos, cabe decir que Martini & Ross i acaba de lanzar su vermú sin alcohol y Pernod Ricard su Suze. Un efecto moda, en suma, que está aprovechando la industria, la cual no se halla del todo convencida, al igual que las grandes bodegas y los vinateros que se niegan ceder a los cantos de sirena de la desalcoholización. A la fuerza ahorcan.
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