Estilo de Vida Vino

¿POR QUÉ NO DEBEN HACERSE CHOCAR LAS COPAS EN EL BRINDIS?

De US Navy World War II achieves – www.history.navy.mil, Dominio público, Enlace

Marineros estadounidenses y soviéticos en Alaska, celebrando la rendición del Imperio del Japón en 1945, lo que puso punto final a la Segunda Guerra Mundial.

El momento de la celebración en el que los invitados levantan y acercan sus copas o vasos manifestando buenos deseos es en lo que consiste el brindis y tras ello se bebe.

El término procede de la frase alemana bring dir ‘s, cuyo significado es “te lo ofrezco” pronunciado en el acto de brindar. Su origen se cree, en el siglo IV a. C., con un objeto bien distinto: en la antigua Roma para asesinar a alguien se solía envenenar las copas, por lo que el anfitrión, como símbolo de confianza, hacía que las copas chocaran fuertemente para que el líquido así, pasara de una copa a otra, quedando claro que no contenían veneno, pues todos bebían del mismo líquido. Otra teoría era que los vikingos cuando bebían vino disfrutaban con todos los sentidos excepto con el oído y, así gozaban con todos ellos al chocar las copas.
En el International Handbook on Alcohol and Culture*, editado en 1995, se indica que: el brindis es una práctica social que probablemente se remonta a las antiguas libaciones, sacrificios en los que se ofrecía un líquido sagrado a los dioses, sangre o vino, a cambio de un deseo, elevando una súplica o plegaria: “que sea por muchos años o a tu salud”.

¿Por qué no es adecuado hacer chocar las copas al brindar?

Casi siempre hacemos chocar las copas antes incluso de mojar los labios en la copa o en el vaso. Ese tintineo de las copas forma parte de la escena, pero a sabiendas de que no es lo correcto o así lo indican las buenas costumbres. Veamos por qué.
Pese a que nadie suele negarse a brindar, dado lo agradable del sonido, casi como una melodía de esas copas que chocan delicada y suavemente, es una tradición casi universal para señalar a cada uno de los participantes que las hostilidades ya se han iniciado, aunque, por supuesto, los miembros más sedientos de la reunión ya habrán humedecido discretamente sus mucosas. Es bien difícil abandonar esta práctica tan arraigada, sea cual sea su entorno social o la bebida consumida, desde el champán hasta la cerveza, pasando por el vino, puras excusas para desearse buena salud o simplemente llevar a cabo ese “chin” “chin” tan peculiar.

Algunos expertos en etiqueta como Jérémy Côme, recuerda la historia del brindis en el medievo como ya indicamos antes, algo que hoy en día no tiene ninguna razón de ser, o al menos eso esperamos, dado que sería cuestionar la confianza de nuestro anfitrión, pero la razón real es mucho más sensata y, es que cuando chocamos las copas podemos dañar el cristal con el riesgo que ello pudiera conllevar. Por lo que lo mejor será evitar esta pequeña infracción de las buenas maneras o modales.

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La fotografía

De Göteborgs konstmuseum (Gothenburg Museum of Art). Photo: Hossein Sehatlou, CC BY 4.0, Enlace

 

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