Recientemente el Senado francés ha aprobado defender los sonidos y olores de su mundo rural desde el canto del gallo hasta los efluvios de los establos y los aromas del campo.
Un juicio mediático por las molestias causadas por el canto del gallo fue el detonante para que el Parlamento galo acordara preparar una ley destinada a definir y proteger el denominado “patrimonio sensorial” de sus extensos campos.
Toda esa acústica, odorosa, aromática y olfativa, en suma, que son parte integrante del entorno tradicional, se consideran “indispensables para el equilibrio socioeconómico por lo que se va a llevar a cabo una corrección en la legislación patrimonial para su protección”. Sin duda estarán en el inventario el canto del gallo al alba, los efluvios de la estabulación y el sonido de la cigarra, pese a las habituales denuncias de los urbanitas con segundas residencias campestres alegando la falta de descanso motivada por todo lo apuntado anteriormente. La respuesta judicial ha sido clara, los demandantes no podían ignorar de antemano las características de cada territorio…
En nuestro consejo editorial, nos preguntamos si en Galicia también podría prepararse una normativa al respecto y ¿qué patrimonio sensorial debería protegerse?
En lo relativo al sonido, existen estudios prolijos, numerosos registros y proyectos. Actualmente se halla en pleno apogeo el proyecto europeo Sonotomía, que recientemente ha registrado los sonidos del Alentejo portugués o de rincones singulares de Budapest.
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En el proyecto, se va a recoger en abril mediante grabación con tecnología 4DSound de última generación, las voces vecinales, el tañido de las campanas, y el repicar de los canteros, los pasos de los viandantes y el archivo sonoro del órgano de la catedral de Albarracín en Teruel.
Existen colecciones primorosas de libro-discos sobre las aves y sus cantos, pero desconocemos la existencia de colecciones sobre los órganos de Galicia, los relojes y su patrimonio sonoro.
Cabe recordar que las campanas fueron desde allende los tiempos, uno de los medios de comunicación humanos más antiguos, llamar a enterrar, a boda, a guerra o fuego…
Debieran concurrir carrillonistas, antropólogos, campaneros y valorar también si existen publicaciones y tesis doctorales sobre los toques de campanas en Galicia como medio de comunicación tradicional.
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Los diversos proyectos de investigación, archivo, creación y divulgación del patrimonio sonoro, surgen del oír y del saber escuchar la vida.
El naturalista y “cazador” de sonidos Carlos Hita también recogió en su libro “Viaje visual y sonoro por los bosques de España” (Guías singulares) voces de la naturaleza, de muy grato recuerdo personal, por lugares tales como Ordesa, Pineta y Añisclo, con la perdiz nival en celo, el eco de las chovas en las paredes del circo de Carriata o los buitres leonados de la Celtiberia zaragozana.
y ¿qué hay de los olores?, como los registramos con tan alta carga de subjetividad, pues sin duda apoyándonos en elementos factuales y científicos, con especialistas en identificar y almacenar olores.
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- https://www.aclweb.org / anthology / 2020.latechclfl-1.18 /
- https:// sighum.wordpress.com / events / latech-clfl-2020 /
También existen proyectos en Europa encaminados a recuperar este ámbito, por cierto, muy abandonado. El proyecto Odeuropa, mediante el que historiadores, químicos y perfumistas buscan categorizar aromas de, por ejemplo, el Palacio de Versalles allá por 1789. En nuestra amada península ibérica, el secadero de jamones de Bronchales, el de mayor altura de España.
Otros efluvios sugerentes que me vienen a la mente
El delicioso olor del obrador de la trenza de Almudévar, acompañando a mi hermano Gonzalo, los de la fábrica de chocolates Brescó en Benabarre, el de las mermeladas El Ababol en Foz-Calanda, la brasa del restaurante San Cristóbal en Portomouro (A Coruña), y un olor no habitual, pero muy especial, el de los hornos de pez (carbón vegetal obtenido de la combustión lenta de madera con resina en los días lluviosos), el olor a lareira y el olor de la molturadora de la almazara de Alhaurín el Grande en Málaga, los aromas del vino en las bodegas Terras Gauda en el Rosal (Rías Baixas) de Pontevedra, el aroma a destilado de orujo en Ourense, todo un reclamo sensorial para publicitar por ejemplo la cultura culinaria de la montaña gallega, en O Courel. El olor a castaña asada en Froxán, pero también en nuestro querido archipiélago canario.
Todo un universo por descubrir y disfrutar en la tierra de los cinco sentidos, mejor podríamos decir de los seis sentidos…