Con un viñedo maduro, Brasil se enorgullece de la gran diversidad de sus vinos tranquilos y espumosos, todavía poco conocidos.
En el Copacabana Palace de Río de Janeiro, en sus tres restaurantes se proponen otros tres ambientes gastronómicos diferentes: El Cipriani de comida italiana, el Mee con comida asiática, ambos con estrella Michelin y el Pérgula de comida brasileña. Su sumiller Ed Arruda, tras trece años de brega pone a disposición de los clientes unas 600 referencias para satisfacer todos los gustos. Aficionado a los vinos raros, cuenta en bodega con un Dom Perignon de 1985 y de un vino naranja de Josko Gravner, producido en el oeste del Friul italiano.
Le falta tiempo para comentar las excelencias de la viticultura brasileña desde el año 2000 hasta ahora, sobre todo en materia de espumosos, los cuales representan cerca de la mitad de la producción nacional, unas 15.000 botellas de espumosos y de vino tinto, sobre todo tras la instalación de Chandon en tierras del sur de Brasil en 1973. Los espumosos son elaborados por las “vinícolas” Hermann y Guatambu. ¿Llegará Brasil a ser el productor referente en América del Sur?
La historia del vino en Brasil comenzó en 1532 en la Capitanía de Sâo Vicente, en la región sudeste. El salto real de la producción de vino tendrá lugar más tarde allá por 1875, con la llegada de inmigrantes italianos al sur del país. En 1929, diez cooperativas vinícolas fueron creadas en esta región en donde siguen operando. Más tarde, ha tenido lugar una auténtica evolución en la elaboración y una revolución en la calidad y en los estilos de las marcas que antes comentamos, Hermann Lirica Crua para el método ancestral y Guatambu Extra Brut para el método champenoise.
Y así, el blanco y el rosado suelen demandarse por parte de los clientes del Copacabana Palace.
Existen tres regiones vinícolas principales en Brasil: La Sierra Gaucha, La Frontera en Río Grande do Sul y la región de Sâo Joaquim, en el Estado de Santa Catarina.
Río Grande do Sul aglutina en torno al 90 % de la producción de vino de Brasil. Por orden, las principales regiones productoras del país son: la Sierra Gaucha, la Campanha Gaucha, la frontera con Uruguay y la Sierra del Sudeste. Existen otras regiones en fase de desarrollo en el sudeste, el centro oeste y el nordeste del Brasil.
Las variedades uvales mejor adaptadas al terruño en Brasil
Pese a que todavía deben definirse las variedades de uva mejor adaptadas al terruño, es sabido que en el Valle de los Vinhedos (la principal región vitícola de la Sierra Gaucha), en el Estado de Río Grande do Sul la uva merlot se expresa muy bien, al igual que la chardonnay. No obstante, existen varias experiencias con nuevas variedades italianas como la ancellotta y la teroldego y la española tempranillo.
En la frontera meridional, con predominio de suelos arenosos, las variedades tannat, touriga nacional y la alvarinho han mostrado resultados excepcionales.
En el nordeste, en el Valle de Sâo Francisco, las variedades blancas adaptadas a los climas cálidos, como la viognier y la arinto, permiten elaborar vinos con marcado carácter como es el caso de la tinta syrah.
En el momento actual se es consciente del gran potencial del país para elaborar vinos de calidad y nivel internacional como tiene lugar cerca del ecuador, en el Valle de Sâo Francisco, situado al sur del paralelo 8.
Los productores de Brasil presentes en la carta de vinos del Cipriani y otros restaurantes del Belmond Copacabana Palace
Tanto en el restaurante Cipriani como en la totalidad del hotel se ofrece la más amplia gama posible en términos de productores, variedades, estilos y regiones a las que Ed Arruda suele visitar por lo menos una vez al año a la búsqueda de nuevas referencias, en especial las elaboradas en pequeñas bodegas en donde la elaboración artesanal y familiar es un hecho, con una producción de unas 30.000 botellas. Casa Pedrucci en Garibaldi, Viapiana en Flores da Cunha, Larentis en el Valle dos Vinhedos, Guaspari en Espíritu Santo do Pinhal, en el estado de Sâo Paulo, Quinta da Neve en Sâo Joaquim, en el estado de Santa Catarina, Quinta do Seival en la Campanha. Según la opinión de Ed Arruda, las más importantes, son Miolo en el Valle dos Vinhedos, Luiz Argenta en el sur de Brasil, cuya viticultura es de tradición italiana, con uvas teroldego y nebbiolo, vinos adaptados a la cocina del chef napolitano Nello Cassese.
El sumiller asegura maridajes, texturas y elementos sensoriales junto a Nello, presidido por la gran diversidad de vinos brasileños e ingredientes locales en la culinaria de su cocina.
Propuestas a los que venimos de afuera de Brasil
La regla de la casa es ofrecer siempre los vinos del país con el objeto de descubrir el producto local, un desafío que vale la pena, a la vista de los platos elegidos se sugiere el vino acompañante, cosechas excepcionales como las de los años 2005, 2009, 2012 y 2018. En cuanto a blancos, Ed suele proponer chardonnay, ligeros, frescos y muy gastronómicos.
El visitante extranjero muestra curiosidad dado que la mayor parte de ellos desconoce que se produzcan vinos en Brasil, desmitificando y evitando prejuicios por parte del visitante local hacia sus propios vinos. Los espumosos ya son un referente de consumo ascendente año tras año.
El futuro y el presente muy indicativo en Brasil
Diversos actores profesionales del sector defienden con ahínco la presencia en la carta de vinos de los autóctonos. La inversión de los productores/elaboradores ha sido considerable en cuanto a la adquisición de tecnología punta, marketing y comunicación destacando la ayuda y el apoyo de numerosas instituciones. Pese a la juventud del país en la elaboración de vinos de calidad superior, queda un largo camino por recorrer ante un futuro que se adivina próximo en que a buen seguro la cosecha aportará los frutos del buen trabajo llevado a cabo.
La fotografía
MUSICANDO
- Cuando los elefantes sueñan con la música – Música en RTVE Play Mujeres de mi tierra 24.05.2023