Un valedor do viño de Barrantes
Fotografía de Iñaki Abella. (Faro de Vigo, O Salnés, 04.06.2015).
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Hacia finales de 1870, la gran plaga filoxérica penetra en la península ibérica a través de Oporto, agostando la totalidad del viñedo galaico, cunde la desesperanza entre los viticultores, pero la búsqueda de una solución la encuentran en los híbridos de producción directa, entre los que se halla la folla redonda o tinto tipo Barrantes.
Así, comienza la historia de un vino iniciático, en mi caso, cuando llegué a estos pagos, allá por 1981.
Como un marciano, llegado al planeta Salnés, pude constatar la profunda raíz en su cultura social, pese a que su comercialización formal se halla dificultada puesto que el fruto de las cepas híbridas, como es el caso del folla redonda, en que no se halla en el catálogo de la vitis vinífera, lugar en que se recogen las variedades puras de uvas europeas.
Pese al combate inicial de la filoxera con injertos de un pie europeo sobre otro americano (origen y procedencia de la filoxera), dada la resistencia de la americana al temible insecto, al descubrirse los híbridos de producción directa que combatían la plaga mejor que los injertos, estos iniciaron su imparable extensión y profusión con la implantación masiva del catalán roxo, el catalán branco, el viño romano da Coruña* o el folla redonda. Todo ello, coincide con el declive de variedades tradicionales como el mencía, el espadeiro y la treixadura.
En 1955 se prohíbe la plantación de estas variedades y en 1970 las replantaciones así como el uso de portainjertos. Unos años más tarde incluso se incentiva arrancar estas vides con cepas de híbrido.
Cabe destacar que Galicia, algunas provincias de Castilla y León y del Levante hispano mantuvieron su cultivo pese al inicio de las restricciones administrativas.
La gastronomía local marcó sus maridajes excelsos y la persistencia del cultivo, el cocido y el pulpo pedían a gritos un caldo denso y morado, propio de la riqueza polifenólica de estos híbridos.
La notoria escasez de estudios científicos del tinto Barrantes e incluso contradictorios (el biólogo Haas Alleweldt, en 1988, lo incluyó en el catálogo de la vitis vinífera) es evidente.
Uno de los estudios llevado a cabo en la Misión Biológica de Galicia (CSIC) y por la Estación de Viticultura y Enología de Leiro en Ourense, indica que la folla redonda es una descendiente del alicante Ganzin (variedad nacida en Francia, tras la epidemia filoxérica), sin ningún carácter que pueda afirmar de forma tajante que no es una vinífera, como en el caso del catalán roxo, el folla redonda no se aproxima a ninguna de las viníferas conocidas.
El alicante ganzin es uno de los híbridos franceses post-filo xéricos, producto del cruce entre la vinífera y la labrusca o parra brava.
Los cosecheros de Barrantes aspiran a poder vender sus caldos bajo la denominación Viños da Terra tal y como tiene lugar en Betanzos, cuyos caldos son elaborados con mencía, blanco lexitimo o agudelo.
Características generales del vino
“Es un vino sin etiquetar, caracterizado por una gran acidez y una textura enormemente consistente, muy espesa y densa. Una mancha de vino de Barrantes es algo permanente, indeleble, un recuerdo imborrable. La lengua se te queda oscura, y puedes hasta escribir con el vino usando un palillo sobre el mantel de papel del restaurante.
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El vino, además, tiene una serie de características curiosas: aunque la fermentación alcohólica está convenientemente realizada, dando lugar a una graduación baja en alcohol por el bajo contenido en azúcares (de ahí la acidez), la fermentación maloláctica no tiene lugar, y muchas veces ocurre en la botella si dejamos reposar el vino más allá de unos meses. Eso hace que no sea un vino muy adecuado para ser transportado, con lo cual pocas veces lo encontraremos fuera de Barrantes, y menos aún fuera de Galicia. Además, es un vino «con sana sorpresa»: el contenido en taninos es tan elevado que aporta una gran cantidad de saludables isoflavonas antioxidantes, lo cual lo convierte en delicioso (se supone que consumido con la debida moderación… «too much of a good thing can kill you»).
El vino de Barrantes se sirve en tazas blancas de loza, profundas, como si fueran de caldo. Cuando queda un culín, si se da vueltas a la taza y se deja reposar, se forman las llamadas «flores», y al que le sale más fea, paga la ronda. Si hay poca confianza, te ponen una taza más reluciente, lo cual ayuda a que salgan mejores flores”.
O dúo dinámico, xarra e cunca.
Situación actual
Conviene apelar al “sentidiño” ante el intento de legalizar un caldo híbrido o interespecífico, dado que contamos ya con vinos protegidos por una denominación de origen y que luchan por mantenerse en el candelero comercial del mundo del vino, precisamente en tiempos de pandemia y de futura post pandemia, nada fáciles por cierto y, a lo que hay que sumar la recuperación de uvales tintos autóctonos de gran calidad. Es de saludar por tanto la postura de la Consellería de Medio Rural y la del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación al respecto.
Posibilitar su legalización tal y como tiene lugar de forma oficial en Estados Unidos (uvas orion y Phoenix) y Europa (Alemania con su variedad regent e Italia), sería una medida que afectaría a unos 800 viticultores de O Salnés (Vilanova de Arousa, Meaño, Meis y Vilagarcía de Arousa), se trata pues, de una cuestión nada fácil y que siempre habrá que contextualizar y ponderar.
Uva “folla redonda”
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La Xunta ha iniciado los trámites para amparar la “Folla Redonda”, la “variedad” de vid que produce la uva con la que se elabora el conocido, pero alegal, tinto de Barrantes. El Concello de Ribadumia hacía pública la recepción en 2019, de una comunicación de la Dirección Xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, en la que se confirmaba el arranque de los trabajos para el “rexistro como caste comercial” del “material xenético de vide Folla Redonda”.
Información genética
Para el registro comercial, el procedimiento debe primero abordar ensayos sobre quince plantas injertadas en la Evega (Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia). De sus resultados científicos dependerá el aislamiento de una variedad genética que pueda determinar que se trata de una especie diferenciada, clave para asegurar su registro.
