Con sus aromas y frescura a la pimienta, el curry prolonga la persistencia gustativa provocando sabores como si de el eco en la boca se tratara. Vamos a ver con que vinos maridar este plato.
El curry
El curry, es uno de los condimentos más “plurales” que existen, por su diversidad de aplicaciones. No se trata de una planta, sino que es el resultado del ensamblaje de varias especias de lo más corriente como son la pimienta roja, la cúrcuma, el jengibre, la canela, el clavo … Más dulce el procedente de Tailandia y de Siri Lanka,y más intenso el de la India. Los que solemos tomar en los países occidentales están más adaptados a los paladares occidentales, siendo más aromáticos que especiados. Combinan excelentemente con las preparaciones cremosas Si elegimos un escalope de ternera servido con una salsa cremosa siempre agradecerá la presencia del curry, que con su potencia especiada confiere al plato frescor y complejidad aromática.
Acompañar el plato con un vino blanco seco lo suficientemente potente y, si lo comemos en Francia, el valle del Ródano se impone con un Condrieu de bouquet exuberante, con notas florales y especiadas, redondo en boca y especialmente vivaz. El Coteau de Chéry del Domaine André Perret, muy elegante con su nariz con violetas y de piña fresca, es el más indicado. por su equilibrio natural entre ligereza y vivacidad, con una boca generosa y delicada que nos recordará el curry mitigando la untuosidad de la crema, lo hace el vino adecuado. La bodega La Doriane, de la Maison E. Guigal, posee una estructura más generosa y un gran paladar que acompaña muy bien a la textura de la ternera. Muy aromático en nariz (flor de naranjo, banana, jengibre), rivaliza bien con la fuerza del curry.
Si nos hallamos en Portugal, tomando este delicioso plato, elegiré el blanco de Adega de Pegôes, colheita seleccionada “selected Harvest Branco”, de la península de Setúbal, con una relación calidad/precio, extraordinaria, ensamblaje de verdelho, arinto, antâo Vaz y chardonnay, del 2017, con un 12,5% de vol. de alcohol.
Notas de cata:
Cetrino a la vista, con nariz: aromas afrutados, frescos y con gran armonía de la madera.
En boca, estructurado, fresco y persistente.
D.O.: Península de Setúbal.
Elaboración: maceración pelicular ligera, seguida de fermentación alcohólica en barricas de roble americano y francés.
Maridaje: platos de pescado, carnes blancas a la parrilla y ternera al curry.
Temperaturas de consumo: 10-12ºC.
Precio: 3,85€ ¡vaya!
Y, si comemos en nuestro suelo patrio, sea donde sea, el MONTESPEJO, de las sierras de Málaga, Tierras de Mollina, blanco joven, elaborado con uva seleccionada, separada varietalmente, es un ensamblaje de lairén (55%), moscatel (30%) y doradilla (15%). Vendimia manual con selección de los mejores racimos, seguida de maceración prefermentativa, a una temperatura fría de 10ºC El mosto flor se obtiene a muy bajas presiones y la fermentación se realiza a temperatura controlada. La temperatura de consumo entre 7 y 10ºC, presenta como nota de cata un color blanco pajizo con irisaciones verdosas, limpio, brillante y de aspecto oleoso,tanto el olfato como el paladar presenta tonos florales y a fruta de hueso, con toques tropicales y a cítricos.
Precio 4,10€. Simplemente excelente.