Brochetas de gambas.
Sencillas de preparar y hacer, muy veraniegas, pero: ¿con qué vino las acompañamos?
El braseado es quizá una de las formas de cocina más primitivas que existe, ya practicada por el hombre prehistórico: sencilla y adaptada perfectamente a la mayor parte de los alimentos.
Con numerosas variantes, de acuerdo con el país o región en que se preparen: el Shashlik en Georgia (dedales de cordero marinados con una vinagreta aromatizada), Kebab en Turquía (siempre de carne, generalmente de cordero, que se puede brasear o rustir) a los que se puede añadir menudillos y calabacín.
Una sencilla brocheta de pescado le va como anillo al dedo a la cocina estival, bien sea con una barbacoa o con una tabla de grill japanese (hibachi) o al horno, sin más. Los pescados delicados son de elección, tanto por su textura como por su sabor, de este modo la cocción intensa y los sabores propios de la brasa se hacen dominantes de forma rápida.
La lubina, la sepia y las gambas juegan magníficamente su papel central. Algunas hortalizas tales como el pimiento, el tomate y la cebolla aportan sus matices vegetales sutiles, el aceite de oliva con el que se rociara la brocheta antes de su cocción también es clave en este concierto de sabores y aromas.
Y, por una vez, la regla se cumple: El vino blanco con el pescado, el tinto, aquí, no tiene lugar. ¿Pero por qué no tentar con un vino rosado? Sencillo, pero un seguro para la convivencia.
Si nos hallamos en terruño galo, un rosado de La Provenza, yo pienso inmediatamente en un Domaine de l’Angueiroum (Bormes-les-Mimosas), en donde Eric Dumon produce una cuvée magnífica a base de garnacha, monastrell (mourvèdre), cinsault y de tibouren.
Con un tono rosado intenso, brillante, límpido, con un bouquet primario afrutado, floral con notas de rosa, frambuesa y de violetas.
En boca se muestra ligero, fresco, redondo y muy equilibrado.
Se trata de un maridaje sencillo pero excelente.
A unos kilómetros de distancia, en La Londe-Les Maures, el Château Les Valentines vinifica y comercializa desde hace 15 años, sus propias uvas, que anteriormente entregaba a la cooperativa del lugar. La cosecha (cuvée) denominada Virginia, presenta una tonalidad rosa pálida, en nariz es a la vez floral y afrutada (fresas silvestres, frambuesa y sandía con un toquecillo especiado).
En boca resalta su frescura, cálido con un final salino y afrutado que marida a la perfección con el pescado y con las hortalizas braseadas. En la Palette, cerca de Aix-en-Provence, lChâteau Crémade rivaliza con él con su bouquet afrutado y untuoso en boca.
Domaine de l’Angeiroun: www.angueiroun.fr
Château Les valentines: www.lesvalentines.com
Château Crémade: www.chateaucremade.com
Pero mi corazón tira hacia Benavente, con los rosados inconmensurables para veteranos y jóvenes, de Valle Oscuro, que en Bodegas Otero, S.A, mima Julio Otero López, en esos Valles de Benavente, tan hermosos y plenos de nostalgia, calidez y recuerdos.
Uvas: Prieto Picudo (50%), Tempranillo (50%)
Tipo de Vino: Rosado
Graduación: 12.5%
V.C.P.R.D Valles de Benavente
P.v.p aprox: 6€
Valoración: 9
Web: Bodegas Otero
R.C.P: Excelente
Notas de cata
Temperatura de servicio: 9ºC, rojo cereza intenso, Nariz media, fruta roja, floral, notas de fruta de hueso y golosinas. Cuerpo medio, buena acidez, sabroso, punto goloso y amargo, postgusto cítrico, fresco. Retronasal frutal, persistencia media.
Un rosado serio, consistente en boca, apto para un chateo o para acompañar una comida. Uno de mis preferidos por su relación calidad/precio y amplio maridaje gastronómico.
Probé los dos rosados de Valle Oscuro.
El que os presento hoy está dedicado a la gente rabiosamente joven.
Valle Oscuro 100% prieto picudo de Bodegas Otero
Tiene un perfil más propio de veteranos, ya más sosegados.
Notas de cata
Te gustará si…te gustan los vinos rosados fáciles de beber, muy frutales y con una acidez muy controlada.
Color frambuesa de capa baja, limpio y brillante.
Aromas muy potentes destacando fresas, frambuesa, cerezas y notas florales.
En boca es ligero, fresco,con volumen, muy frutal y con una acidez perfecta.
A disfrutar.
Nuestro agradecimiento personal a Manuel Otero López, maravilloso anfitrión Benaventino y Sanabrés de pura cepa…
Qué bueno haber encontrado está web. Será de cabecera para cuando requiera información sobre vinos. No conozco mucho pero me gusta cada tanto saborear un buen vino. Y me gusta leer ese tipo de notas que uds publican. Gracias