Estilo de Vida Maridaje

MARIDAJE : POLLO CON CASTAÑAS

El pollo con castañas es un plato maestro por su sabrosidad y nutritivo/saludable, tanto si utilizas pollo o pavo, que siempre se deberá degustar con un vino adecuado. Aquí te van algunas ideas para celebrar esta Navidad con un producto excepcional, rey festivo donde los haya.

 Bien si utilizas el pollo o el pavo convencional o uno de raza seleccionada, en Francia La Bresse (especialidad), en Italia Friuli-Venecia, en Portugal el de Freamunde cerca de Oporto, y en España el de Villalba en nuestra Galicia o el de Cascajares en Castilla, todos ellos son magníficos productos, que con castañas (cabe recordar que Galicia se halla va en cabeza de su producción cuantitativa y cualitativa.

Vinos tintos

Un excelente plato que marida excepcionalmente bien tanto con un vino tinto, un Mencía (Ultreia Mencía 2020, 15,95 €) o un Monastrell de Jumilla (Juan Gil etiqueta de Plata, ecológico, 12,25 €). No olvides las garnachas, los tempranillos y los vinos del Priorato.

 Si por alguna razón te hallas en Francia un pinot noir alsaciano será el compañero perfecto con aromas a fruta roja (frambuesa) con un toque de pimienta. En boca se muestra con una estructura densa y vivaz, persistente, que acentúa el sabor suave del pollo. La delicadeza de los taninos de un Barolo también le va como anillo al dedo, un vino que tras 10 años de guarda, expresa sus notas florales y con un excelente matiz de acidez.

Vinos blancos

 Los vinos blancos secos y aromáticos son otra opción interesante para maridar con las castañas. la presencia de toques afrutados, muchos cítricos, así como los toques florales se contraponen con el dulzor de las castañas. Pero, además, en cada bocado ayudan al paso por el paladar con su frescura y acidez al toque cremoso que dejan las castañas. Un Sauvignon Blanc o un Riesling entre las uvas foráneas o un Albariño o Verdejo entre las españolas, pueden proporcionar una frescura que realza la experiencia y permite que los sabores se complementen. El Mar de Frades edición limitada, un albariño Rías Baixas, un vino del 2018, que viste de dorado y plata, con aromas a madreselva, que en boca muestra ese frescor costero tan propio, con su acidez madura y persistente, todo un buen compañero. 18,80 €. Hablando de verdejos, el Ramón Bilbao, ofrece una relación calidad/precio excelente, 6,60 €.

Si estás en la Galia, un Châteauneuf-du-Pape, posee un bouquet intenso a fruta amarilla como el albaricoque, notas herbáceas a matorral, tomillo y romero. En boca se muestra generoso y potente y a la vez fino y elegante, redondo, rico, rico, esposo perfecto para la textura del pollo.

Un blanquito del Loira, con cierto dulzor y acidez dará una buena réplica al pollo, por ejemplo un Montlouis-sur-Loire, con uva chenin, rica en aromas a cítricos y a miel, todo un gozo acompañante. 

Vinos espumosos

Los vinos espumosos son siempre una gran elección, no solo por su elegancia, sino también porque el carbónico de este tipo de vinos ayuda a limpiar el paladar entre cada bocado, lo que permitirá apreciar plenamente el sabor de las castañas. Un vino espumoso con buena efervescencia y acidez ligera es una combinación perfecta de la textura crujiente de las castañas con la burbujeante delicadeza de estos vinos.

Cava, champagne o espumoso queda a tu elección.

Y si el postre son castañas

Olorosos, amontillados o palo cortado, son vinos elegantes, con carácter, robustos y complejos. Su calidez en boca es acompañada de notas muy típicas a frutos secos, lo que permiten sin duda complementar el toque tostado que nos pueden dar unas castañas asadas. Sin duda son maridajes de vinos y castañas únicos y potentes.

Vinos dulces, los vinos dulces, como un buen vino de Oporto o un vino de Jerez o Montilla-Moriles, dulce, es sin duda la mejor opción si lo que queremos es completar dulzores. Y es que la dulzura del vino complementa la natural dulzura de las castañas, creando un final delicioso para tu comida o velada.

En conclusión, maridar vinos con castañas es una experiencia deliciosa que puede mejorar significativamente tu disfrute culinario. La clave está en buscar un equilibrio entre los sabores y las texturas, creando combinaciones que realzan y complementan lo mejor de cada uno.

Y, más nada. Feliz Navidad, felices días, con moderación, sin o 0.0.

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