De Simon François de Tours (1606-1671) – Dominio público, Enlace
Nadie podría imaginar que a 10 km del centro de Lisboa, se elaboran vinos especiales. Se trata de un proyecto casi de inspiración… podríamos decir… divina.
El terruño se llama Apelaçâo, y era hasta 2013, una parroquia del ayuntamiento de Loures, con un ambiente típico de los alrededores de Lisboa, un “mix” con casas antiguas casi de miniatura y muchas casas y pisos modernos de construcción económica, por en medio, un enorme terreno rodeado de muro que alberga la Quinta Rainha dos Apóstolos, en donde se ubican las instalaciones de la congregación de los Paúles (Padres Paúles). En el seno de la Iglesia Católica, los Reverendos Padres Paúles se encargan de la comunicación incluyendo las ediciones en soporte papel. “ Evangelizamos a través de la comunicación”, dice el padre José Carlos Nunes, que se halla al frente de esta congregación. Los Padres Paúles poseen varias ediciones, en varios formatos (www.paulus.pt) y una red de seis librerías.
El padre José Carlos y dos técnicos ligados a la viña y al vino completan el equipo vinatero.
Dicen que la “amistad trae consigo buenos frutos” (a amizade traz bons frutos).
António Cláudio, especialista en viticultura y Filipe Sevinate Pinto, enólogo, le plantearon un desafío al padre Nunes a plantar viña en la quinta.
Y, como la congregación presente en 38 países precisa de vino de Misa, el primer milagro de Jesucristo, que transformó el agua en un buen vino.Por tanto, si tenemos espacio y fondos para ello, porque no plantar viña.
Nace una viña
Si volvemos un poco hacia atrás, de facto existió una viña ya anteriormente en este terreno, que daba sólo para subsistir. En esta quinta llegaron a vivir hasta 70 seminaristas en los años 50 y 12 padres; además de dos caseros: uno para el ganado y el otro para la agricultura. En los años 80 empiezan a escasear las vocaciones, los caseros se fueron y la viña se abandonó.
En eso, llega el año 2014, se decide la plantación, António y Filipe escogieron las variedades a plantar, para producir vinos de consumo (blanco y tinto) y vino de Misa (licoroso). Antes de la decisión final, los técnicos probaron algunos vinos de Misa, para comprobar el estilo, La elección fue para la variedad blanca, malvasía, de un clon muy amoscatelado, con aromas más intensos y dulces. Antonio sabe de lo que habla porque el distribuidor de los viveros Rauscedo, uno de los proveedores de plantas más prestigiosos del mundo, de origen italiana dice de ella que es una Malvasía de una variedad terpénica que nos permite realizar maceraciones largas y vinos longevos, adelanta Filipe. Con la malvasía entró la cada vez más popular albariño, para producir vino no generoso. Para los tintos se adquirió merlot y unas pocas de Alicante Bouschet, esta última ejerce el papel de la cabernet franc como en Saint Emilion. Filipe tiene excelentes experiencias con la merlot en la Quinta de Sâo Sebastiâo pensando que aquí se daría bien.
El primer pie se plantó el 13 de mayo de 2014, 97 años después de la primera aparición en Fátima. Fue sorprendente su excelente adaptación y obtención al año siguiente de las primeras uvas, tan buena fue que animó a plantar más viña. José Carlos explica que “el Reino de Dios, simbolizado con la viña, tiene que expandirse, ampliándose en 4 hectáreas más con algún terreno añadido.
La comunidad con apenas 9 miembros permanentes, ayuda en lo que puede en el apaño de la viña y en la vendimia.
António Claudio la supervisa así como todos los espacios verdes. Para los trabajos mayores se contrata gente, dado que buena parte de los miembros de la congregación tienen edad avanzada, en contrapartida se reza mucho en el seno de la viña siendo esta bendecida anualmente, quizá por ello la viña se interviene poco, se minimiza la aplicación/utilización de productos químicos, es decir se labora de la forma más natural posible, dice el padre José Carlos, la viña no es problemática, las maduraciones son muy homogéneas.
Falta la bodega
En tiempos si la hubo, en la actualidad están los restos de la misma, algunas pipas viejas arruinadas. En tanto no sea restaurada la bodega, las uvas para los blancos y los tintos se vinifican en la Quinta de Sâo Sebastiâo, donde el enólogo director es Filipe. Las uvas para el vino de Misa va a la Quinta do Piloto en Palmela, puesto que reúne mejores condiciones para el trabajo con el aguardiente.
Dice Filipe Sevinat Pinto, que la denominación “vino de Misa” es quizá muy genérica y simple; es un vino puro y sin aditivos que normalmente se elabora como un licoroso.
No lleva por tanto, ningún aditivo salvo aguardiente: ni sulfuroso, ni correctores de acidez o de otros, etc. Este es el primer vino de Misa elaborado por una congregación.
En este momento, António y Filipe están en proceso de aprendizaje y van variando estilos y lotes.
El primer vino para el mercado será el del año 2017. En el caso del vino de Misa y según las leyes canónicas la marca la decide el Cardenal Patriarca de Lisboa y en este caso será Vinha de Sâo Paulo. Lo ideal sería traer el Papa Francisco, auténtica quimera, pero ¿quién sabe?
Sus vinos
Quinta Rainha dos Apóstolos. Vinho Branco 2017
Cierto toque reductor en el aroma que le imprime un carácter serio y algo cerrado, con trazo mineral, la fruta aparece en segundo plano.Voluminoso en boca, fruta madura (manzana, albaricoque y melón. Acidez ajustada que equilibra el conjunto,perfil rústico. 12% vol. Precio: 7€.
Quinta Rainha dos Apóstolos. Vinho tinto 217
Concentración media, aroma vivo floral y pimiento verde, frescura y juventud. Ligero en la boca. Gastronómico y agradable en mesa. 13% vol.
Precio: 7€.
Quinta Rainha dos Apóstolos. Vinho de Missa 2017.
Intenso color, aroma oxidado como la fruta en compota.
Ligero en boca, dulzura evidente. La falta de alcohol no lo beneficia especialmente. Parece un licoroso envejecido en botella.
Precio: 7€.