La lista de errores que cometes al tratar de huir del frío es larga. Baños calientes, bebidas calentitas, ese jersey grueso.. Hoy desde decataencata.com te ofrecemos algunos consejos para sobrevivir a la caída de las temperaturas.
El gris que decía mi padre, el frío penetrante y a según qué alturas, la nieve, están nuevamente presentes justo a la llegada del invierno. La enorme bufanda con la que te cubres y el abrigo aparecen en escena a la espera de ponerse los guantes. Cada cual tiene sus hábitos y costumbres, pero a veces se logra el efecto totalmente contrario. Sigue esta guía y podrás combatir el frío invernal de forma más agradable y eficaz.
HUYENDO DEL FRÍO
Beber bebidas excesivamente calientes
Habitualmente pensamos que cuando hace frío no hay nada mejor que sumergir los labios en un buen chocolate caliente. Craso error, durante un período muy corto de tiempo, disfrutón sabóricamente de ese chocolate, nuestro organismo experimenta una agradable sensación de calor, pero no dura, muy al contrario, el cuerpo debe mantener una temperatura constante y, enfrentado al frío o al calor, lucha por reequilibrarse. De ahí que cuando tomas una bebida hirviendo, el cuerpo suda y se enfría. Pero, ¿cuál es la solución?, opta por bebidas templadas (té, infusiones y dejar reposar y templar la sopa antes de la cena).
Tomar baños calientes contra el frío
Soñar con ese baño caliente, cuando se regresa de la dura jornada laboral y quedarse una hora en el nirvana. Acto ineficaz puesto que al igual que las bebidas calientes, el cuerpo se calentará al momento pero se enfriará cuando salgas de la bañera por lo que lo mejor será conseguir una temperatura moderada para el baño.
Comer comida muy grasa
Suele pensarse que los platos ricos en calorías calientan el cuerpo en invierno. Otro error a menos que seas un oso polar. La comida excesivamente grasa ralentiza o interrumpe la digestión. Para aumentar la temperatura corporal, es clave mejorar la circulación sanguínea con el objeto de llevar el calor a las expremidades.
Las especias, el jengibre (pan de) y el ajo también son excelentes alimentos para facilitar una buena circulación.
Consumo de alcohol
¿La copa tradicional de vino caliente en plena temporada invernal realmente eleva la temperatura? Pues va a ser que no. La vasodilatación facilita la penetración del frío y, además, el alcohol simplemente desplaza el calor interno del cuerpo a la superficie corporal, de ahí el fenómeno de las mejillas rojas. Esta sensación cesará tan pronto como se complete la dilatación y la sensación de frío será aún más intensa.
No ventilar la casa debido al frío
El que la temperatura exterior sea de – 5ºC no debe evitar abrirlas para ventilar. Cinco o diez minutos bastan para ventilar sin que la bajada de temperatura nos enferme.El confinamiento con otras personas en un espacio cerrado es el que promueve el crecimiento microbiano y no el frío. Ventilar la casa durante 10 minutos, diariamente, es lo aconsejable.
Usar una sola prenda muy abrigada
Ese “debería haberme puesto una prenda más gruesa”, sueles decir tiritando cuando estás en la parada del autobús. Piénsalo dos veces, aquí, no es el tamaño lo que cuenta. Es mejor utilizar materiales más finos que usar solo una camiseta y una chaqueta gruesa. Hay que acumular capas de ropa que creen espacios de aire, que protegen al cuerpo del frío. Son recomendables por lo menos 3 capas. En el lado de la tela, el algodón es el mejor amigo de la piel, puesto que permite respirar y no sudar, a diferencia de los materiales sintéticos. Para otras capas, la lana, el terciopelo o la cachemira permiten pasar un invierno cálido y suave.
Aumentar la calefacción para dormir
La calefacción es el falso amigo del sueño. Al aumentar la potencia, se corre el riesgo de despertar varias veces en medio de la noche. Además promueve el choque térmico al salir de la habitación nada más despertarse.
Para dormir bien, la habitación debe tener una temperatura que no exceda los 19 ºC. Para los muy frioleros, es mejor aumentar el número de mantas delgadas, en lugar de colocarse debajo de un edredón grueso.
En los años maduros, la documentalista Françoise Marie sigue a los antiguos alumnos de la Escuela de Ballet de la Ópera de París en Nanterre. © SCHUCH PRODUCCIONES
