¿Decepción, incertidumbre cuando observamos determinadas botellas de vino?
Es difícil juzgar la calidad de un vino sin haberlo catado. Por ello es importante saber leer y entender correctamente lo que nos muestra la etiqueta de una botella, con el objeto de obtener la información precisa.
Es más, se trata de un ejercicio bastante fácil. Nos permitirá evitar sorpresas poco agradables al comprar el vino.
Vayamos a ello sin más dilación.
1. La uva y la denominación
Las normas de etiquetado correcto del vino varían de un país a otro. La etiqueta explica, en según que casos, cuál es la uva o uvas con las que se ha producido el vino. En otros casos se menciona solamente la región de origen del vino, es decir su denominación de origen (D.O) (AOC en Francia).
¿Qué diferencia existe entre ambas? La variedad de uva con que se produce el vino en primer lugar, la D.O es el sistema predominante en Europa y en España. Mediante él se certifica la región geográfica de origen y así se regula la producción de vinos asegurando su calidad.
2. El etiquetado en función de las regiones
La región otorga indicaciones sobre la zona de donde proceden las uvas utilizadas en la producción del vino. Conocer la diferencia entre las regiones vitícolas y las de cultivo de uvas ayuda a entender las variaciones en el sabor y las notas características de los vinos de una y otra región. Así ocurre por ejemplo con La Rioja, Burdeos, Borgoña, el Valle del Loira, etc. En el seno de estas regiones, se pueden hallar zonas más reducidas en extensión tales como: La Rioja Alta, el Médoc, Chablis, Sancerre, etc.
De un modo general, los vinos tienen mayor calidad cuanto más pequeña es la D.O.
3. El nombre del productor o del vino
El productor (viticultor o viñador) se identifica claramente en la etiqueta de la botella. El productor puede tener sus propios viñedos, independientemente de si embotella o no, sus propios vinos, si bien, ciertos nombres se convierten parcial o enteramente en marcas reconocidas por su especial calidad.
Una vez queda identificado el nombre del productor en la etiqueta podemos comenzar a conocer el vino que contiene la botella, su producción e historia.
4. La añada (vendimia o cosecha) (en francés: comprendre le millésime)
Conocer la añada, la cosecha de un vino es una excelente forma de conocer el nivel de calidad y frescura del vino.
Se trata del año que figura en la etiqueta y se corresponde con el año en que tuvo lugar la vendimia. En todas las culturas, la calidad de la cosecha depende de las condiciones meteorológicas y sobre todo del ciclo de la vid y de la viña.
Cuando las condiciones para cultivar un racimo sano, confluyen, la calidad del vino es el resultado lógico del proceso anterior. Con condiciones ambientales mediocres, el vino producido puede ser bueno, pero ello dependerá entonces del “savoir-faire” del cosechero-bodeguero.
5. El grado alcohólico
El grado alcohólico influye poderosamente en el sabor, las características, la calidad y el origen del vino. Los racimos cultivados en regiones con climas cálidos tienen tendencia a desarrollar niveles de azúcar más elevados. Estos azúcares se transforman en alcohol mediante procesos fermentativos. Consecuentemente, los vinos de climas cálidos contienen generalmente, un porcentaje de alcohol más alto, siendo también, más ricos en aromas a fruta madura. El grado de alcohol varía igualmente de un país a otro; numerosos viticultores europeos de calidad contrastada no dejan que sus vinos superen el 13,5%, mientras que algunos vinos en Estados Unidos (y también en Europa) pueden alcanzar el 16%.