LAS VARIEDADES DE UVA DE LA BORGOÑA

Pinot Noir

Se piensa equivocadamente que las dos únicas variedades de la Borgoña son la chardonnay para los blancos y la pinot noir para los tintos. Pero la realidad es un poco más compleja. En este artículo de decataencata.com participamos en su descubrimiento.

El chardonnay, el rey de la Borgoña

La mayor parte de los vinos de la Borgoña son monovarietales. Prácticamente no existen ensamblajes. El varietal rey es el chardonnay que supone el 51% de la superficie plantada ((Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne). Destaca por sus aromas característicos a fruta fresca, ácida, frutos secos, tilo, miel, a yeso, con notas de pastelería y bollería. Se desconoce su origen primigenio, si bien existe una población en el Mâconnais llamada Chardonnay que cada 21 de mayo celebra el “chardonnay Day”. Las últimas investigaciones muestran que su crecimiento corre parejo con el del pinot noir y del gouais. Se desarrolló intensamente en la Borgoña durante el siglo XVIII hasta 1935 en que se instauraron las denominaciones de origen en Francia (A.O.C). Variedad considerada fácil con rendimientos notables. El reglamento del crémant de Bourgogne autoriza, por ejemplo, 80 hectolitros por hectárea, limitados a 57 hl/ha en Meursault village y a 55 hl/ha para los primeros crus.

El pinot noir, el hacedor de los grands crus

Es el otro gran varietal del lugar, ocupa el 39.5% del cultivo de la vid borgoñona. Es el padre de todas las variedades tintas. Su nombre procede de la forma de la baya de la uva, compuesta por pequeños granos muy compactos, adoptando la forma de una piña de pino. Con una calidad reconocida desde siempre, su historia está ligada íntimamente a Philippe le Hardi, famoso duque de la Borgoña, llamado de forma eufemística el rey de las viñas (le roi des cépages) en 1395. Uva que se reconoce por sus aromas a grosella, fruta roja (cereza), violetas y especias, destacando sus taninos sedosos. Variedad frágil y caprichosa que expresa su máximo potencial sólo con rendimientos controlados y limitados entre 54 y 58 hl/ha en Givry y a 49 hl/ha en el Clos Vougeot.

El gamay, el varietal marginado

Es el varietal tinto fetiche del Mâconnais. Su nombre procede del abad de Saint-Auban del monasterio de Puligny-Montrachet. Presente desde siempre en toda la Borgoña, prácticamente prohibida por Philippe le Hardi, que lo valoró como un varietal desleal (detestable). Hoy en día supone el 2.5% de la superficie del viñedo. Se reconoce por sus notas de fruta roja fresca.

El aligoté, popularizada por el canónigo Kyr

Es una variedad blanca que supone el 6% de la superficie cultivada de la Borgoña. Con la que se producen y elaboran vinos con notas cítricas, de manzana y de flores blancas. Es la única variedad autorizada para elaborar vinos con denominación Bouzeron. A principios del siglo XX, un cafetero de Dijon tuvo la idea de añadir al vino de uva aligoté un toque de crema de grosella para atenuar su acidez. A principios de la década de los 50 del siglo pasado, el canónigo Kyr, teniente de alcalde de Dijon, logró el hito de promocionar el aperitivo con su nombre.

Los varietales ultra minoritarios

En la Borgoña pueden encontrarse otros varietales, más allá del anterior cuarteto principal. Por ejemplo, los vinos de Saint-Bris, en el Auxerrois, elaborados con cabernet sauvignon. Siguiendo en el Auxerrois, en Irancy, el varietal César, muy tánico y estructurado, puede hallarse unido con el pinot noir.

Otros productores utilizan el Sacy, un varietal blanco, que puede ensamblarse y entrar a formar parte del Crémant de Bourgogne y de los Coteaux bourguignons, o con el Pinot Blanc o con el Pinot Beurot.

El Principito

El segundo libro más traducido en el mundo después de la Biblia es un sencillo cuento infantil , cuya última nota no tiene un final feliz. Un final atípico que oscurece el significado de este cuento filosófico, al que el Musée des arts décoratifs (París) dedica actualmente una exposición.