“Dormir pocas horas y no descansar lo suficiente son unos de los principales detonantes de este trastorno. La parálisis del sueño es uno de los trastornos más comunes.
Despertarse de repente y no poder moverse, pero siendo a la vez consciente de todo, no es una sensación para nada agradable. ¿Es un sueño, o le está pasando algo raro al cuerpo? Si a alguien le ha ocurrido esto alguna vez, sabrá perfectamente la angustia que se siente. Pero no hay de qué preocuparse, pues es algo que ocurre a menudo y tiene un nombre: parálisis del sueño. No es una situación alarmante, se puede evitar durmiendo bien, ya que un sueño de calidad es esencial para nuestra salud.
Las personas, como cualquier otro animal, necesitamos dormir. Es imprescindible para la vida. De hecho, si fuéramos completamente privados de ello, moriríamos. La parte del cuerpo encargada de ello es el sistema nervioso: a través de una red de mecanismos neurológicos, las necesidades energéticas y metabólicas del encéfalo se mantienen y, en algunas fases del sueño, son incluso superiores a cuando se está despierto. Una parte de las células descansa del trabajo que ha tenido durante todo el día, y la otra hace unas funciones distintas, que solo pueden realizar mientras se duerme.
Cuando estamos despiertos, el cerebro fabrica unas sustancias que, si se acumulan, pueden ser tóxicas. Cuando dormimos, las eliminamos
Doctor Carles Gaig
Neurólogo experto en sueño del Hospital Clínic Barcelona
Las principales actividades de este proceso son la consolidación de la memoria, el control de la temperatura corporal o la regulación de los sistemas inmunológicos y endocrinólogos. Además, también se codifican las emociones y se regula la estabilidad temperamental y psicológica. El doctor Carles Gaig, neurólogo experto en sueño del Hospital Clínic Barcelona, destaca otro aspecto muy importante: “Cuando estamos despiertos, el cerebro fabrica unas sustancias que, si se acumulan, pueden ser tóxicas. Cuando dormimos, las eliminamos”. Además, las neuronas aprovechan para deshacer conexiones inadecuadas que se han hecho durante el día.
Por contra, el hecho de dormir poco o hacerlo mal tiene consecuencias, tanto a corto como a largo plazo. Las más evidentes son la somnolencia diurna y un peor rendimiento cognitivo, que se manifiesta en forma de poca memoria, menor atención y peor concentración. Además, se es menos productivo y creativo. Por otro lado, se puede sentir fatiga y más ansiedad e irritabilidad, así como una baja autoestima y tono emocional. También hay un descenso de la líbido. El doctor Alex Iranzo, neurólogo experto en sueño del Hospital Clínic Barcelona, lo resume de una forma clara: “Dormir mal y dormir poco es un mal negocio para la salud y también para la relación familiar, social, conyugal y laboral”.
Todos estos problemas se pueden ver agravados a causa de los trastornos del sueño, que son muy frecuentes y pueden afectar a cualquier persona. Los más habituales son el insomnio, los ronquidos, las apneas obstructivas, el síndrome de las piernas inquietas y, también, la parálisis del sueño. Cada uno de ellos afecta (por separado) al 5% de la población, ya sea de forma transitoria o crónica. Para comprender las parálisis, primero se deben conocer las fases del sueño. Por un lado, está la fase no REM, que se divide en los estados de adormecimiento, sueño ligero y sueño profundo. Todo esto ocupa un 75% del tiempo de sueño.
La otra es la fase REM, donde el sueño es aún más profundo. El cerebro está muy activo y el tronco cerebral bloquea las neuronas motrices, haciendo que la persona no se pueda mover. Esta es la fase en la que se sueña. Así pues, ¿qué ocurre en la parálisis del sueño? Lo que sucede es que la fase REM se mezcla con la vigilia, y la persona se da cuenta de que está despierta, pero no puede moverse porque su cuerpo está bloqueado. Aunque es una situación muy angustiosa, el cuerpo se despierta al cabo de unos segundos y todo vuelve a la normalidad.
La persona que duerme tres, cuatro o cinco horas tiene mucha más predisposición a tener parálisis del sueño
Doctor Alex Iranzo
Neurólogo experto en sueño del Hospital Clínic Barcelona
El mejor remedio para evitar las parálisis es tener unos buenos hábitos de sueño. Lo fundamental es dormir las horas suficientes, que deberían ser siete u ocho de media en los adultos. El doctor Iranzo explica su importancia: “La persona que duerme tres, cuatro o cinco horas tiene mucha más predisposición a tener parálisis del sueño”. Además, es recomendable acostarse y despertarse siempre a la misma hora, y limitar o evitar las siestas. También se debería reducir el consumo de alimentos y bebidas estimulantes como el café, el té, los refrescos con cafeína, el azúcar o el chocolate, sobre todo en las últimas horas del día.
Hacer actividad física a diario ayuda, pero hacerlo antes de dormirse es contraproducente. Es mejor practicar actividades relajantes como leer, meditar o escuchar música suave. Hay que evitar el uso de dispositivos electrónicos porque la luz de las pantallas puede causar excitación. La luz del día, en cambio, es útil para ayudar a regular el reloj biológico. Otra gran recomendación de los profesionales es utilizar el dormitorio solo para eso, dormir. Si el problema persiste siguiendo estos consejos, los médicos señalan que hay la opción de seguir un tratamiento médico que, en la mayoría de los casos, suele ser efectivo”.