El renacimiento del domaine Châteaux des Bormettes es lo que han hecho Fabrice Faré y su mujer, pasar el testigo a sus dos hijos: 75 hectáreas de viñedo en el seno del litoral de Var, 140 hectáreas de matorral y de bosque bajo la denominación de La Londe Les Maures. Viñedos ya explotados en época galo-romana y un viñedo con agricultura “racional” con que miman sus cepas. Han iniciado su reestructuración cuyo fin avista el 2025. Han replantado una media hectárea de clairet con el ánimo no de lograr grandes cosechas, sino de dejar que el tiempo lleve a cabo su propia obra, tal y como se hace en la Champaña.
Erick De Sousa y su esposa Michelle, emprendieron en 1986 la explotación familiar de un viñedo de 9,5 hectáreas en Avize, en plena Champaña.
Priorizando el cuidado del terruño, pioneros de la biodinámica en el lugar, desde hace 20 años, aseguran que ninguna vendimia es igual a la anterior. Hoy, sus tres hijos, se afanan en perpetuar la filosofía del domaine. Su padre, un vanguardista que preparó el terreno para ellos.
Otra familia celebra los 10 años de certificación “bio”, en Ludes, en plena montaña de Reims, en la que tres hermanos crearon el champagne HURÉ hace ya la friolera de 50 años. François Huré dirige el domaine junto a su hermano Pierre. “La enología y la viticultura deben ir juntas, una, de la mano de la otra”. La coherencia como eje central de las cuvées, la razón de ser de la transmisión del mensaje.
Cofundadores de la marca Les Jamelles, Catherine (enóloga) y Laurent Delaunay (Presidente de Badet Clément) afirman que los rosados son unos grandes vinos. Investigan los secretos de una variedad ancestral del Languedoc, la gris de gris, muy tradicional pero olvidada, que han replantado en sus viñedos, un domaine de 10 hectáreas muy cerca de Narbona. Otra de las variedades explotadas en la maison, la mourvèdre (nuestra monastrell), de la que ellos son los principales productores en el Languedoc de esta variedad elegante, compleja y rica que hay que redescubrir en el país galo, que no en el nuestro.
Los Fabrice Faré, Erick de Souza y los Huré tienen en común, el deseo de perpetuar un patrimonio, una herencia, la ambición, no importa en qué lugar, de producir vinos con carácter y personalidad propia.
Multitud de ejemplos en nuestra propia casa, grandes, medianos y pequeños, me vienen a la mente: María José López de Heredia (Viña Tondonia en La Rioja: –Viña Tondonia, Julo Otero López, de Bodegas Otero, en Benavente, y vinos Sueiro en el Rosal, Rías Baixas, pura tradición familiar.