Sólo el que sabe adaptarse sobrevive.
Aún a pesar de la pandemia, las catas online permiten cierto nivel de socialización y seguir aprendiendo sobre el vino y su mundo.
El formato suele ser el de un curso dirigido por un profesional del mundo del vino que dura entre unos 30 minutos y dos horas. Previamente cada participante recibe un envío que contiene 3 o 5 envases en forma de tubo de uns 10 cl de capacidad que contienen vino o espirituosos. El día del encuentro virtual, le es enviado al participante un link para conectarse vía Zoom poniendo a su disposición un folleto de cata y las fichas técnicas de los vinos relacionados con la temática elegida por el grupo participante: vinos españoles, vinos portugueses, whiskys irlandeses etc.
Los grupos los pueden constituir entre 10 y 400 personas y tener lugar en diversos idiomas.
Durante el confinamiento, en que no tuvo lugar ningún evento, las catas a distancia posibilitaron cierto contacto social.
Compartir un momento agradable en torno al vino con amigos y compañeros además de entretener permite socializar, más aún, cuando los bares y vinotecas permanecen cerrados durante semanas. También permite conocer y familiarizarse con las técnicas básicas de cata y con el vocabulario propio del mundo del vino poniéndose en la piel del sumiller.
Tras finalizar las sesiones, los participantes pueden adquirir, mediante un código promocional, los vinos catados, en un site proporcionado al efecto.
Otra posibilidad que se abre al futuro es la de operativizar una cata a distancia con maridaje de vinos y embutidos y quesos, todo un afterwork constituido por tres botellas de vino y muestras individuales de embutidos y quesos para un grupo de cinco personas, en modo aperitivo.
La tarifa a aplicar suele oscilar entre los 20, 30 o 55€.