Si las vacaciones de verano son sobre todo una invitación a dejar de lado las limitaciones de la vida cotidiana, la anunciada recurrencia de los aperitivos bajo las glorietas y otras cenas prolongadas no debería hacer olvidar en modo alguno las normas básicas de buena educación en materia de bebida. Hoy, desde decataencata.com os mostramos los seis errores que todo amante del vino debiera conocer. Por ejemplo: hay que evitar aspirar/inhalar intensamente al ir a oler el vino.
¿Qué debo hacer?
Ofrece a los demás antes de servirte, no llenes la copa a más de un tercio de su capacidad, oler, no oler, ser sencillo y sostén la copa por su tallo.
Ofrece antes de servirte
Se trata de una sencilla cuestión de decoro. Recuerda que está estrictamente prohibido servir cándida e inocentemente las últimas gotas de una botella de ese sublime vino naranja georgiano sin antes haber ofrecido a los invitados que lo saboreen. La única excepción es invocar al sentido de sacrificio cuando lo que queda en el fondo de la botella es un rescoldo residual del vino con algunas migajas del depósito flotando.
No sirvas grandes cantidades de vino en un solo servicio
La regla de oro es no sobrepasar nunca la parte más redondeada de la copa, un poco menos de la mitad, para evitar el desastre cuando algunos intenten agitar la copa antes de beber su primer sorbo. Siempre medidamente generoso.
Oler o no oler, esa es la cuestión
Otro error garrafal que cometen muchos aficionados cuando creen que están haciendo lo correcto es hundir la nariz en la copa y olfatear con fuerza e intensidad, dado que no estás haciendo una prueba del funcionamiento y de tu capacidad olfativa. Nuestro consejo: deja en manos de profesionales lo que les corresponde y dedica tus fosas nasales a que se centren en el aroma del vino. Eso es más que suficiente.
Sencillez, sencillez y sencillez
Evita levantar tu dedo meñique cuando saborees el vino, sé inteligente disfrutando, ya que no estás en la corte del rey de Inglaterra ni en medio de una ceremonia del té, si no quieres incurrir en el mayor de los ridículos.
Con la retro olfación ocurre lo mismo: tragar el vino abruptamente y con la boca fruncida no te hará parecer un buen conocedor, antes bien y, en el mejor de los casos, un fregadero.
Sostén la copa por el tallo
No lo hagas por el cáliz sino por el tallo o por el pie de la copa, sobre todo tras haber hurgado en el cuenco de las patatas fritas o de los cacahuetes y demás frutos secos, so pena de dejar tus huellas dactilares y parte de tu dignidad en la copa.
MUSICANDO
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