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CAMINO AL ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
Los que ya somos mayores, en general, pasamos los últimos 15 a 20 años, por término medio, con menor salud general y a veces con discapacidades. Pues bien, el envejecimiento saludable, en buena parte, gracias a la colaboración de los fisioterapeutas que hacen que el envejecer no signifique perder la autonomía.
El envejecimiento poblacional es uno de los retos clave a los que nos enfrentamos, cabe recordar que en el año 2050 un tercio de los que habitamos el país tendrá más de 60 años y la esperanza de vida sin discapacidad muy elevada. Las mujeres, por su parte, esperan vivir 65,3 años sin discapacidad para una esperanza de vida total de unos 84,8 años (en 2022), los hombres 63,8 años para una esperanza de vida de 78,4 años.
Discapacidades, bien sean motoras, sensoriales o/y cognitivas, tienen un impacto directo en la calidad de vida de los adultos mayores, generando altos costos de salud.
Pero, cabe la resignación ante esta perspectiva de quince a veinte años de vida con una salud degradada, o bien debemos decidirnos a generalizar intervenciones tempranas y efectivas para prevenir las discapacidades y retardar la dependencia.
El envejecimiento, como oportunidad y no un problema, nos obliga a modificar la forma en como vemos y afrontamos el mismo, comprendiendo y enseñando la diferencia entre el envejecimiento normal y el patológico, reconociendo la variabilidad interindividual del envejecer (cada persona evoluciona de un modo diferente), teniendo en cuenta las especificidades del envejecimiento de las personas con discapacidad con una prevención temprana.
Luchar contra el edadismo, que presupone la incapacidad de las personas mayores, conduce a su discriminación negativa con estereotipos y abusos del lenguaje hacia ellas.
Se debe fomentar la actividad, identificar las vulnerabilidades y reeducar las discapacidades.
Nosotros, los profesionales de la salud, tenemos el deber de dar ejemplo en este ámbito, debiendo jugar un papel crucial en el apoyo al envejecimiento. Los fisioterapeutas son la avanzada y están magníficamente preparados para asumir el reto de la prevención. Su experiencia en movilidad, fuerza muscular y equilibrio es vital para ayudar a las personas mayores a mantener su independencia.
Actores principales de la prevención primaria, fomentan la actividad física regular, que ayuda a mantener una buena salud, previene la mayor parte de las enfermedades crónicas relacionadas con la edad, incluso las neuro progresivas, contribuyendo a la salud mental.
En la prevención secundaria, son capaces de identificar la fragilidad de las personas mayores, cuidarla mediante ejercicios adecuados y ayudar a prevenir las caídas (responsables de una ingente hospitalización, unas 100.000 anuales en Francia, con unas 10.000 muertes por año).
En la prevención terciaria, logran una mejora de la situación personal ya en fase de dependencia mediante sesiones de rehabilitación.
Su trabajo en colaboración con otros profesionales de la salud, tales como las enfermer@s y médicos de familia, trabajadores sociales, etc., proporcionan un enfoque integral y coordinado a la atención y cuidado de los mayores.
El cribado sistemático de la fragilidad motora es clave en su atención general.
Fortalecer la formación de todos ellos en geriatría y establecer sesiones periódicas con la población en los momentos clave de la vida de los mayores son claves a tener en cuenta. En Francia existen sistemas de evaluación de la prevención:
Para cuatro períodos de la vida, en particular para personas de 60 a 65 años y de 70 a 75 años, en los que se abordan los problemas de salud en sesiones de entre 30 a 45 minutos de duración.
La evaluación específica por parte de los fisioterapeutas de la fragilidad motora en personas mayores, con reevaluaciones periódicas (Programa Icope de atención integrada a las Personas Mayores) que se ofrece en casa, donde la mayoría de la población desea envejecer. Debe ser sistemático a la hora de entrar en las residencias de ancianos, donde vive el 21 % de las personas mayores de 85 años. Otra atención especial es la ofrecida a las personas con alta hospitalaria al regresar a casa.
La rehabilitación geriátrica debiera contar con actos específicos, que contengan expectativas precisas y con continuidad respecto a los actos de la vida diaria.
Todo un cambio en la visión del envejecimiento, pensando en la calidad de vida de las personas mayores, dependientes o no, y su contribución a la sociedad.
Combinar prevención y rehabilitación, es el futuro, apoyado en el progreso médico y en el desarrollo de tecnologías adaptadas a la vida cotidiana de las personas mayores.
Hacer de la vejez una victoria sobre el tiempo.
La fotografía

Fotografía de Helena Ayape Guisán
MUSICANDO
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