Tras 6 largos meses de cierre de la red HORECA (hostelería, restauración y cafeterías), el sector está preparando desde el mes de mayo el relanzamiento de este mercado efervescente, también tocado por la crisis ¿Está el sector cervecero bajo presión tras sufrir las secuelas de la crisis sanitaria y de los sucesivos confinamientos?
El mercado de la cerveza está en plena expansión económica y cultural (sector puntero en cuanto a la generación de empleo en el sector agroalimentario durante el año 2019 y, uno de los primeros en inversión).
Constituido por grandes cerveceras y también por micro cerveceras, que viven con gran incertidumbre el momento actual, pendientes de la reapertura de las terrazas de los bares y restaurantes, preparando esta campaña de verano con cierto optimismo y precaución.
Cabe recordar que en nuestro país vecino del norte existen más de 350 cerveceras, que representan el 90% de la producción, dirigida a las grandes ciudades galas.
En Francia desde noviembre de 2020 se paralizó la producción, provocando la existencia de un gran inmovilizado de lúpulo, un producto fresco y perecedero, de la propia cerveza, la cual se conserva sólo durante algunos meses, perdiéndose millones de litros, con escasa perspectiva de futuro, salvo la producción a ciegas, pensando en la próxima campaña navideña.
Desde el anuncio del segundo confinamiento y el cierre de la red HORECA, las ventas fueron prácticamente nulas. La gran distribución, a pesar de su progresión, se halla lejos de compensar las pérdidas de las cerveceras y, todavía más teniendo en cuenta el que algunas de ellas no distribuyen a los supermercados.
Reapertura de establecimientos
La impaciencia es enorme y pese al anuncio presidencial galo de iniciar la reapertura de establecimientos de restauración, cabe contar con que las cerveceras requieren de un tiempo mínimo de movilización y distribución de entre 3 o 4 semanas. Es pronto todavía para despejar la incertidumbre de vislumbrar y evaluar el consumo mientras permanezca el cierre de las terrazas.
En Francia solamente uno de cada cuatro establecimientos ofrecen servicio exterior con plazas limitadas. Siendo otro elemento determinante, la meteorología, inestable, como podemos comprobar en la actualidad.
La sensación de subvención
En plena burbuja de precios garantizados por el Estado francés a través de los fondos de solidaridad, con la tesorería de las cerveceras depauperadas, estas sobreviven con dos encrucijadas a corto plazo:
- Realizar una buena campaña entre junio y agosto, período clave en el que se venden dos tercios de la producción. Pero no debe olvidarse que la cerveza es muy sensible al factor climático ambiental, de si hace frío o de si llueve, en cuyo caso se vende menos cerveza al contrario que cuando hace sol y calor en que la misma se vende sola.
- El reembolso de las ayudas públicas, en Francia tiene lugar a los 8 o 12 meses…
La duda está en la sostenibilidad de las cerveceras y en su capacidad para lograr el retorno de una inversión considerable.
¿Podrán en un futuro los consumidores franceses sostener el sector?
Nuestros vecinos galos han seguido consumiendo cerveza durante toda la crisis, pero eso sí, con moderación.
Han logrado durante los dos confinamientos sostener las cerveceras locales.
Francia es un país tradicionalmente cervecero, con una auténtica cultura del “terroir” de la cerveza, ostentando una auténtica y prolija afición.
La participación en ferias, eventos deportivos, bodas , festividades y otros diversos festejos, parece asegurada.
El turismo cervecero es crucial para que el sector recobre el vigor de antaño incrementando así las ventas directas.
Los cerveceros franceses han creado y van a lanzar el evento denominado: “La moisson des brasseurs” (la cosecha de los cerveceros), orientado al turismo cervecero.