
Imagen de Valdas Miskinis en Pixabay
Según un informe de la Ademe, las emisiones de CO2 vinculadas al comercio electrónico y al envío de paquetes en Francia son del orden de un millón de toneladas cada año. Una cifra colosal que impulsa a las empresas emergentes a lanzarse a la entrega colaborativa. El objetivo declarado es ecologizar el sector.
La entrega colaborativa es el uso compartido del vehículo para la entrega
Se llaman Tut Tut, Pick Me, Yper o Welco y llevan varios años revolucionando el sector del delivery. Estas empresas emergentes se especializan en la entrega colaborativa. Se trata de un nuevo método de entrega, cuyo objetivo es reducir la huella de carbono vinculada al transporte de mercancías. La idea es apelar a redes de individuos o empresas; Estos últimos utilizan sus rutas existentes o específicamente planificadas para transportar paquetes a su destino final. Hay varias soluciones en juego. Por ejemplo, existe el servicio de paquetería compartida, que ofrece la start-up Cocolis. En esta configuración, un individuo transporta un paquete por cuenta de otro individuo o de una empresa, a cambio de una remuneración económica, en un viaje que ya había planificado realizar.
Importante recaudación de fondos para un sector en crecimiento
Este nuevo modelo de entrega está ganando popularidad entre los inversores. En 2023, la start-up Pick Me anunció una recaudación de fondos de 3,5 millones de euros. La joven empresa apuesta por un modelo alternativo, desarrollando una red de puntos de retransmisión en domicilios particulares. Los clientes reciben sus paquetes directamente en su vecino, quien a cambio recibe el pago cuando recibe el paquete. Pickme cuenta con una red de 150.000 “vecinos de relevo” en toda Francia.
Sin embargo, en este ámbito la start-up Shop Pop domina el mercado. Fundada en 2016, ha conseguido recaudar 20 millones de euros en 2021. La empresa se dirige directamente a grandes marcas de distribución, grandes comercios especializados, floristerías o comercios independientes con clientes a los que realizar entregas. La tarea la llevan a cabo personas físicas, que aprovechan su desplazamiento diario para realizar entregas a otros. Estos mensajeros también actúan como enlace entre tiendas. Tras su éxito en Francia, el servicio está disponible desde hace varios años en Alemania, España, Italia y Bélgica. Aunque cada vez hay más empresas emergentes, aún son relativamente desconocidas para el gran público.
En una encuesta de BBVA publicada en abril de 2024, sólo el 34% de los encuestados conocía las plataformas de entrega colaborativa. El 82% de los encuestados cree que es una alternativa a los servicios de entrega tradicionales, pero solo el 65% considera que la entrega colaborativa sea una solución para el futuro. Finalmente, el 86% de ellos considera que esta solución es ante todo una forma de que los particulares puedan complementar sus ingresos a final de mes. Los ingresos adicionales generados por la entrega o el almacenamiento de un paquete pueden ser sustanciales. La plataforma Pickme estima que es posible ganar hasta 300 euros al mes. La compensación media en Shotopop es de 6 euros por viaje.
La carrera hacia la última milla ha comenzado con la entrega colaborativa
Estas empresas se están sumando a la ola de la economía de la última milla. El término se refiere al último eslabón de la cadena logística de distribución. En un estudio publicado sobre el tema, la firma Business Cot señala que la última milla puede representar hasta el 55% del coste total del envío. El margen de mejora es pues sustancial. Se espera que el mercado global de última milla experimente una tasa de crecimiento anual global del 10% entre 2024 y 2033, según Businesscoot.
América del Norte es la región dominante, pero Asia-Pacífico tiene las perspectivas de crecimiento más sólidas. En Francia, el mercado también es muy dinámico, con un fuerte crecimiento: 73,3% entre 2021 y 2025. De hecho, los franceses envían o reciben cada vez más paquetes. Según datos de la Autoridad de Regulación de las Comunicaciones Electrónicas, Correos y Distribución de Prensa (Arcep) , en 2023, los envíos de paquetes distribuidos en Francia y exportados aumentaron un 4,3% en un año y ascendieron a 1.700 millones. Este aumento es más sostenido para los envíos destinados a la exportación (+5,4%) y a la paquetería importada (+5,8% en un año).
El comercio electrónico, un sector contaminante en busca de soluciones
Según la consultora FT , el sector del comercio electrónico creció un 10,5% en Francia en 2023, más que la media europea (8%). El mercado francés, impulsado principalmente por el sector textil, se acerca al billón de euros. Se espera que este crecimiento continúe a un ritmo similar en los próximos años, lo que creará un desafío tanto logístico como ecológico. De hecho, Ademe señala que las emisiones de carbono de este sector de actividad en Francia son del orden de un millón de toneladas al año. El 25% del CO2 emitido en las ciudades se debe al transporte de mercancías. Las emisiones medias de gases de efecto invernadero (GEI) de un envase son del orden de 1 kg de CO2 e . Se pueden reducir. En primer lugar, adaptando mejor el tamaño de los paquetes, para permitir a los transportistas ahorrar espacio en sus vehículos y reducir en consecuencia el número de desplazamientos a realizar. Según Ademe, en promedio hay un 50% de espacio vacío en un paquete.
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Autoría : Falceño
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