Drones que detectan agua subterránea volando a 20 metros de altura. Botellas de vino que dentro de los contenedores envían información sobre su temperatura mientras son transportadas, parece ciencia ficción, pero no, es pura actualidad.
El 12 y el 14 de mayo pasados, fue transmitido el webinar de la sesión de ciencia e investigación en el sector vitivinícola a cargo de Raúl Morais, profesor de la Universidad de Trás-os-Montes e Alto Douro (UTAD), especialista en agricultura y viticultura de precisión, un forum (infowine.forum web) en el que se sintetizó el estado actual del saber en esta materia, con el título de: “Tecnologías maduras que utilizan sensores para la adquisición de datos de proximidad a través de redes inteligentes asociadas a la monitorización remota mediante drones, imágenes hiperespectrales, pasando por robots colaborativos para la ejecución de muchas de las operaciones culturales (de cultivo), incluyendo modelos de previsión de la vendimia, mapas de productividad en tiempo real, detección de señales espectrales de enfermedades y plagas, aplicación de inteligencia artificial en los procesos máquina-máquina, ya disponibles.
Se trata de una revolución anunciada que cobra cada vez más sentido.
Las preocupaciones medioambientales tales como la sostenibilidad de las actividades económicas, pero también la eficiencia de los procedimientos para ahorrar recursos y resolver todas las cuestiones actuales, tales como la emergencia climática, apuntan en esa dirección.
Nuno Oliveira, presente en el forum, como Ecosystem Manager do Esporâo. S.A, hace referencia a que: “Los desafíos que presentan las alteraciones climáticas, degradación ecológica de los sistemas con pérdida de la biodiversidad, abandono persistente del mundo rural y la minimización ya alarmante de las variedades uvales, reconocida por los mercados internacionales y agravada por el mazazo sobre las redes del comercio mundial que ha supuesto el Covid-19 y, que no va a dejar mantener al sector con su modelo de negocio habitual.
La vida crece y evoluciona hasta puntos que nadie puede ser capaz de imaginar. Las nuevas tecnologías nos dan un plus en muchos aspectos de la vida que bien aprovechados nos aportan grandes ventajas competitivas en el terreno personal y profesional. El ejemplo de la relación entre la viticultura y tecnología es una clara demostración de ello. No obstante, y centrándonos en el mundo del vino, debemos tener en cuenta ciertos aspectos que pueden hacer que se llegue a desvirtuar lo que la historia y la cultura vinícola nos ha dado con tanto cariño y buenos resultados. De hecho, muchos viticultores que lean esta noticia, estarán muy en desacuerdo con aplicar estos mecanismos de control e información porque están convencidos de que a pie de viña, el mundo del vino se ve diferente y las decisiones serán más eficientes. Nosotros creemos que como tantas cosas en la vida, es cuestión de analizar las necesidades y capacidades de cada viticultor, cada terruño, cada bodega, cada enólogo… y así poder decidir, si en ciertos casos, la tecnología aplicada al mundo del vino es la mejor forma de elaborar y producir caldos de calidad.