Es cierto que en el mundo hay elementos comunes en el desayuno -el café, los zumos, la fruta, los cereales, los huevos, etc-, pero cada lugar tiene sus propias tradiciones. En España también tenemos los nuestros, claro. Hay varios que se repiten a lo largo de todo el país y si hacemos un ranking con los desayunos más populares, en los primeros puestos aparecen el pan con tomate y aceite de oliva, los churros, las tostadas, las magdalenas o el bizcocho. Nos centramos en unos 15 desayunos con Adn español, algunos más o menos conocidos. No están todos los que hay, pero con esta muestra te puedes hacer una buena idea de lo que se toma como primera comida del día en muchos rincones de nuestro país. Y animarte a replicar las recetas en casa.
Churros caseros. Admitimos que no es el desayuno más saludable que existe, porque su fritura aporta bastantes calorías, pero es uno de los productos españoles más emblemáticos.
Magdalenas caseras. También son habituales en muchas mesas españolas. Una magdalena mojada en café, leche sola o con cacao, es de las cosas más deliciosas que se pueden desayunar. Y más si son caseras.
Tortilla de patatas: quizás no sea una costumbre que tengamos para tomar en casa, pero en una gran mayoría de nuestros bares sí ofrecen tortilla de patatas para comer es en forma de un pincho en el desayuno, con un poco de pan.
Rosquillas fritas con aroma de vainilla. Se elaboran casi en cada rincón de nuestra geografía. Cada una con una fórmula y alguna variación, las rosquillas se toman en muchos lugares también con el café de la mañana.
Mollete con jamón ibérico, aceite de oliva y tomate. Esta propuesta también es otra de esas que arrasan en los desayunos ‘Made in Spain’. Y es que el jamón ibérico es otro de nuestros buques insignia, junto al aceite de oliva virgen extra, y ambos con pan de mollete funcionan muy bien.
Bica de carnaval. Es una especie de bizcocho que se toma más en carnaval, pero que no suele faltar en muchos desayunos gallegos. En cada rincón de Galicia se elabora de una forma.
Fartons valencianos. Este bollo típico de Valencia es el que se moja en la horchata, pero igualmente se toma mucho en el desayuno y en la merienda de esa zona del Levante.
Gofio con miel y frutos secos. Gofio es el término con el que se conoce una harina tostada, muy popular en las Islas Canarias y que antiguamente era muy consumido por los guanches y que hoy siguen tomando los lugareños como parte de muchos platos dulces y salados. Con ella se hace este amasado para desayunar.
El bollo Maimón. Es un dulce típico de algunas provincias de Castilla y León. Suave y esponjoso se suele hacer en un molde de corona y también se sirve en aquella zona para endulzar un poco el desayuno o la merienda.
Manteca colorá. Untada sobre pan y sobre todo con molletes, es algo muy tradicional del desayuno andaluz, y algo menos del extremeño. Se suele comprar ya preparada, pero puede elaborarse en casa, eso sí, no abusar de su consumo porque es muy calórico.
Sobaos pasiegos. Es el dulce estrella de Cantabria. Originario de los Valles Pasiegos, es una especie de magdalena que suele llevar la misma cantidad de harina, mantequilla y azúcar.
Cocas de patata. Estos bollitos, de consistencia similar al suizo, son típicos de Mallorca. Lleva su tiempo hacerlos por la fermentación, pero la elaboración no es nada complicada.
Torrijas tradicionales. Son más propias de la Semana Santa, es cierto, pero llevamos unos años en los que encuentras torrijas durante todo el año. Más como postre, pero en algunos lugares también se toman como desayuno.
Ensaimada rellena de cabello de ángel. La ensaimada es un dulce típico balear, de origen incierto, aunque hay quien le atribuye su invención a los árabes, quienes elaboraban un dulce similar con forma de caracol, pero también hay teorías que afirman que su creación es judía.
Pastas de almendra. Las habrás visto en numerosos lugares. Estas pastas artesanales son típicas de distintas provincias españolas pero especialmente de Andalucía y de su Semana Santa.
Claro está que todo depende del tipo de trabajo que vas a desarrollar en tu jornada matinal, si tiene un gran componente físico convendrás en que el aporte proteico-calórico deberá ser mayor.
Recuerdo con deleite los desayunos en la casa de mis padres, que de buena mañana me preparaba mi madre, un par de huevos fritos estrellados con una buena loncha de jamón vuelta y vuelta en la sartén, o bien con tomates fritos, ¡vaya! ¡vaya!, con un buen pan artesano de Barbastro con costra gruesa, para untar, hasta lograr el éxtasis y, si la sed acudía, la maravillosa garnacha de Longares era el magnífico complemento inductor enzimático.
No olvido tampoco el par de huevos con ajos (tanto tiernos como de dientes de cabeza de ajo), otra maravilla del universo.
En la cabecera del artículo, la fotografía muestra el clásico canto, de pan tostado con aceite, típico de los desayunos en mi querida Andalucía, que en su día tomaba con el café con leche del desayuno, en Úbeda a la salida de la guardia del Hospital San Juan de la Cruz, hace ya de ello algunos años… Recuerda que en algunos lugares se toma también frotado con ajo y rociado con aceite después.
Para otro día dejamos los desayunos en Portugal.
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