Cuáles son esos signos que nos indican que hay que decir hasta aquí he llegado.
Las personas mayores son menos peligrosas en la carretera que otros conductores, según las cifras de mortalidad en carretera de 2024.
Los problemas de salud relacionados con la visión, la audición y el tiempo de reacción afectan la capacidad de conducir en los adultos mayores. Pero existen soluciones para conducir con seguridad.
Con la edad, ciertas habilidades visuales, auditivas y motoras pueden disminuir , lo que hace que conducir sea una actividad de mayor riesgo. «Es una constatación muy difícil de hacer, porque en cuanto declinan, las personas mayores tienen la impresión de que les va a privar del derecho a conducir . Y quitarle el coche a una persona mayor puede ser su primera muerte ».Pero, aunque las personas mayores son menos peligrosas en la carretera que otros conductores, según las cifras de mortalidad en la carretera de 2024, se deben examinar con atención algunos signos de disminución de las facultades, ya que “a partir de cierta edad, es necesario ofrecer a las personas mayores un apoyo adecuado para reducir su riesgo en la carretera ” .
“En el fondo, los conductores mayores tienen los mismos problemas que los jóvenes: tienen que aprender a gestionar varias informaciones a la vez mientras sus sentidos cognitivos aún no son capaces, o ya no lo son “.
Visión, audición y tiempo de reacción
Para identificar si una persona mayor se encuentra en esta fase de declive, es necesario prestar atención a tres factores: la visión, la audición y la capacidad de respuesta al conducir. “Estas tres características se pueden evaluar fácilmente en la vida cotidiana ”.
Para la vista, las dificultades para leer a distancia son un buen indicador: al leer los escaparates o simplemente el precio de una baguette en la panadería. En lo que respecta a la audición, la señal de alarma es bastante clásica, por ejemplo, cuando una persona a menudo hace que la otra repita las cosas.
Con la edad, los tiempos de reacción y pensamiento de los individuos se alargan, lo que afecta a su capacidad para realizar múltiples tareas. “Una forma muy sencilla de identificar si te encuentras en esta situación es ver si, mientras cocinas, eres capaz de seguir una conversación o de cuidar a tus nietos al mismo tiempo”.
Una vez en el coche, hay algunas señales adicionales de que tus habilidades de conducción han disminuido significativamente. “Esta observación puede ser muy sencilla. Poco a poco, te das cuenta de que hay cada vez más arañazos o pequeñas abolladuras en el coche ”. Las alertas vecinales también son cruciales. A veces detectan que tienes más dificultades para entrar en la entrada de tu casa o que conduces habitualmente en medio de la calle .
El miedo es un último indicador valioso para evaluar el deterioro de tu capacidad para conducir. Cuando los conductores mayores comienzan a sentir ansiedad por determinadas situaciones de conducción, se debe prestar atención. El miedo a conducir en zonas con mucha densidad de tráfico , la aprensión a la velocidad o el estrés que se siente ante situaciones complejas (cruces, intersecciones, obras, etc.) son señales de alerta.
El médico es el mejor juez.
Si bien es posible realizar una autoevaluación o confiar en que nuestros seres queridos nos alerten sobre el deterioro de nuestras capacidades, el médico de cabecera desempeña un papel crucial en esta evaluación. “Sigue siendo el mejor situado para observar los cambios físicos, cognitivos y sensoriales “.
Si se considera necesario, el médico puede remitir al paciente a un Centro Médico autorizado por la DGT para llevar a cabo una evaluación más profunda de las capacidades de conducción . Este último tiene el poder de tomar decisiones oficiales y reglamentarias respecto a la aptitud para conducir.
Luego puede imponer restricciones, como la prohibición de conducir de noche, limitar el número de pasajeros, exigir la adición de espejos retrovisores adicionales o el uso obligatorio de una transmisión automática. En los casos más graves, tiene el poder de revocar la licencia de conducir de una persona.
Apoyar y adaptar la conducción
Pero independientemente de que el médico ordene o no adaptaciones al volante, las autoescuelas quieren ofrecer soluciones “en cualquier caso” a las personas mayores en dificultades mediante la oferta formativa al respecto. Esta formación incluye talleres teóricos y prácticos (trayectos diarios). A los mayores también se les dan clases de conducir y consejos muy prácticos: evitar intersecciones complejas, horas punta y tener cuidado de no conducir de noche o con mal tiempo.
Ofrecer a las personas mayores coches modernos, es otra de las soluciones, con tecnologías de asistencia a la conducción y transmisión automática. «Los turismos como el Clio, el 206 y el C3 son modelos excelentes », para ellos.
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