Vino

¿CÓMO ORGANIZAR UNA DEGUSTACIÓN DE VINOS PERFECTA?

 ¿Alguna vez has soñado con organizar una cata, una sesión de degustación de vino y aprovecharla como una experiencia de convivencia, sorprendente y plena de descubrimientos con los invitados?

Compartir la experiencia y el conocimiento en el dominio de los vinos con nuestras amistades al organizar una cata , en una sesión siguiendo unos breves y sencillos consejos completará el momento del conocer con el de saber, aprender y disfrutar.

Etapa 1: Elección de un tema concreto

Asociar un tema a la degustación es una excelente forma de elegir los tipos de vino a catar.

Una temática regional, garantiza, por ejemplo, una buena elección para los que se van a iniciar en las catas: por ejemplo, los vinos del Valle de Napa o los de la Toscana.

Para aquellos aficionados al vino más experimentados pueden ensayarse ejercicios más sutiles tales como la degustación vertical u horizontal de una selección de vinos.

La degustación vertical consiste en elegir una denominación específica y degustar sus diversas añadas, puesto que, una degustación horizontal consiste en seleccionar una añada específica y catar los vinos producidos por diversos bodegueros/cosecheros.

Etapa 2: ¿Qué servir para comer?

Lograr un equilibrio entre entre platos y vinos es esencial para lograr una mejor experiencia de degustación del vino. Los alimentos neutros tales como el pan, las tostadas, “limpian” el paladar entre dos vinos. También unos aperitivos adecuados y fáciles de preparar y de servir permiten descubrir sabores y texturas variadas, o contrastes con los vinos. El queso, el chocolate, las nueces, los frutos secos, las aceitunas y la charcutería en general son valores seguros.

Etapa 3: Definir un orden de degustación

Generalmente se observa una tendencia a subestimar la importancia del orden en el que los vinos son servidos, paradójicamente dado que se trata de la fórmula secreta para lograr una degustación exitosa. Servir el vino en un orden preciso ofrece una experiencia gustativa incomparable, logrando que los vinos y los aperitivos manifiesten la totalidad de sus complementariedades.

¿Cuál es el orden adecuado?

Se aconseja servir los vinos del más ligero al más intenso, o del más fresco al más templado (chambré).

Los vinos más oscuros son más complejos debiendo servirse preferentemente más tarde (tarde/noche), de tal modo que no interfieran con los sabores sutiles de los vinos más ligeros. En caso de duda, tener siempre en mente la regla siguiente:

Primero las burbujas, después los vinos blancos ligeros, los vinos blancos con cuerpo, los rosados, los tintos ligeros, los tintos complejos y, finalmente, los vinos generosos, de postre o dulces como el Oporto.

Etapa 4: Compartir con los invitados el arte de catar el vino

Tras las 3 etapas previas, es esencial, transferir a los participantes el sentimiento de ser un experto en degustación, solicitando que observen su color (la vestimenta del vino): si es claro, oscuro o transparente. ¿Qué les evoca el color del vino? Seguidamente, oler el vino a copa parada, a continuación se agita con el objeto de que el vino libere sus aromas.

Introducir la nariz en la copa e inhalar valorando la evocación aromática: frutosidad, terrosidad o aromas florales. Tomar un trago de vino y dejar que permanezca en la boca inspirando lentamente un poco de aire, con el objeto de sentir plenamente la totalidad de sus sabores.

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