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¡ALERTA DIVORCIO!

user:Borysk5, CC BY-SA 4.0, via Wikimedia Commons

Cuatro son las señales de alerta del divorcio, algo que ocasionalmente desvelan mis pacientes en consulta. a modo de factores de advertencia antes de llegar la DANA emocional.

En algunos países, como es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, uno de cada dos matrimonios acaba en divorcio. ¿Cuál es el punto de ruptura? ¿Existen algunos indicadores, algunos signos que advierten sobre el anuncio de la desestructuración de la pareja, a modo de predictores del divorcio? Vamos a verlo hoy desde decataencata.com, basándonos en los artículos y trabajos publicados por el doctor en Psicología Mark Travers en la revista Psychology Today (de 5 de septiembre), en el que utilizó el trabajo del Profesor John Gottman, emérito de Psicología de la Universidad de Washington -especialista en la predicción del divorcio-, en que relata y detalla las cuatro conductas deletéreas (“mortales”), que denomina “los cuatro jinetes del apocalipsis”, que cuando acontecen con excesiva regularidad, pueden dañar e incluso romper completamente la relación. Mi propia experiencia en consulta da testimonio de ello.

Criticar la personalidad

Son más de las cuatro de la tarde y la pareja no ha llegado, a casa a la hora previamente acordada, sin avisar.
De regreso, las explicaciones se trocan en una serie de reproches y críticas directas a la personalidad, que si “siempre haces lo mismo” o bien, nunca haces lo que debes, todo ello daña la relación, dado que no trata el problema en cuestión sino los defectos de la pareja, críticas usadas no para mostrar insatisfacción, sino para culpar sin más. Lo cual provoca en la persona, rechazo, enojo y herida en su amor propio, que genera el efecto “bola de nieve”, multiplicando los problemas de relación.
Sería mejor resaltar el sentimiento de preocupación provocado con el retraso antes que maximizar el reproche de un rasgo de carácter.

Adopción constante de una postura y actitud defensiva

Los hay que en las cosas del amor y de la amistad, no asumen sus responsabilidades ni por asomo, y ante cualquier reproche se posicionan como víctimas (“¿por qué a mí?”) o bien contraatacar (“eres tu, no yo”), una postura defensiva de fácil y general recurso, que lo único que hace es retrasar la resolución de problemas de relación, un maravilloso recurso para evitar la responsabilidad.
En una relación sana, los miembros de la pareja no deben vivir dificultades ni miedo a asumir responsabilidades por los errores cometidos. Deben evitarse las posturas defensivas que solo muestran a la pareja que no se toman en serio sus preocupaciones.

Mostrar desprecio

Con ello evidenciamos una de las señales más relevantes de que la relación se halla en riesgo. Esas burlas hirientes, frases degradantes, la condescendencia peyorativa, desprecio en suma, que pone el semáforo en rojo por el carácter tóxico motivado por un resentimiento de ira, profundo que provoca un gran daño relacional dado que es una forma de hacer sentir al otro inútil y mediocre. Por ejemplo, decirle a tu pareja que te consideras muy superior a ella y que no te merece ningún respeto, un mecanismo para hacerle sentir mediocre y de poco valor.

La huida

El desprecio, sin duda, provoca alejamiento y evitación, una desvinculación sin más, que obvia cualquier interacción con la pareja. Fruto de ello, nace el cansancio, el resentimiento hacia el otro, sin escucha alguna que incluso se muestra gestualmente, evitando mirarse, ese diálogo lacónico, falto de interés que lleva a multiplicar e intensificar las actividades fuera de la pareja. Todo un comportamiento muy difícil de contrarrestar por parte del otro. Y, todo ello, claro está, en un ambiente muy poco proclive para resolver problemas o incluso la reconciliación o siquiera avanzar hacia una reconexión.

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